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Opiniones

Vacía, como un sobre sin carta

Hasta la fecha, los partidos de la dependencia que han mal administrado el gobierno con múltiples instancias de saqueo, no han producido contenido alguno.

Licenciado Víctor García San Inocencio, columnista de NotiCel.
Foto: Juan R. Costa

La campaña eleccionaria comenzó hace tres meses a finales de octubre. Hasta la fecha, los partidos de la dependencia que han mal administrado el gobierno con múltiples instancias de saqueo, no han producido contenido alguno. No hay propuestas, no hay planteamientos constructivos, ninguno de los dos presenta ni diagnóstico, ni explicaciones. Toda la energía se les va en el PPD y el PNP en pugnas internas, en emboscadas sigilosas o ataques abiertos entre correligionarios al interior de cada uno. Al vacío de propuestas concretas y al acuchillamiento rutinario se suman la inacción gubernativa, el gasto de fondos públicos en publicidad y obra hueca o inexistente; muchos cortes de cinta, muchas primeras piedras, sin que casi nada concluya.

Habiendo fondos en demasía de varias reconstrucciones aplazadas a causa de la ineptitud y de la incapacidad para administrar los fondos, o de la ya requete probada sospecha federal de que podría haber trampa, cerca de decenas de miles de millones de dólares está sin utilizarse y podrían ponerse en riesgo de perderse, si Mr. Bounty, Donald Trump regresa a la presidencia, o si el actual presidente Biden decide embarcarse en otra guerra. En Puerto Rico, la administración central y las municipales, no parece que podrán sacar los pies del plato. Para colmo de cuentos, la primaria está a menos de cinco meses de distancia y aunque en el caso del PNP, abundan los donativos de inversionistas y "bautizados" de uno y otro bando, y hasta los que están doblemente bautizados ---le donan a ambos bandos--- , la campaña no promete contenido sustantivo, sino ataques entre dos bandos definidos por sus sanguinarias técnicas de manipulación y vejación.

En el PPD , por lo menos monetariamente, la cosa es diferente, pues no tienen tanto dinero de los inversionistas políticos, no por falta de deseo, sino por falta de atractivo de inversión y seguramente de fe. Ello los lleva a duras penas a luchar por estar al día en el pago de las utilidades ---agua, luz , cable, etc.--- y a separar algún dinerito para los trajes de su presidente ---mal hábito desde los trajes Brione de Aníbal--- y los de su terapista de imagen y demás miembros del séquito. Sueldo no recibe, ese no, pues le basta el que recibe como legislador en campaña política a tiempo completo a la gobernación. En cuanto al otro candidato a la gobernación, el CPA Juan Zaragoza, las finanzas parecen estar más saludables en parte, porque ha puesto dinero personal, es decir, de sus propios fondos, y porque a la experiencia de sus años como profesional destacado debe acompañarle una lista impresionante de donantes.

Sin embargo, en materia de contenido, el sobre de las cuatro campañas primaristas , a dos por partido, por las dos primarias a la gobernación, aparece vacío. Este desierto tiene una excepción: los esfuerzos concertados desde el PNP y el PPD para atacar lo que se presenta como el riesgo externo más temible, la Alianza de País entre el Movimiento Victoria Ciudadana y el Partido Independentista Puertorriqueño. Aquí sí, que están invirtiendo energía y tiempo. Las razones las conoce todo el país. Tanto el PNP como el PPD han podido medir su hemorragia de electores desde hace dos elecciones. En lugar de coagular las heridas ambos han visto como el desangramiento se acelera. La realidad es que más de trescientos mil electores han migrado de sus filas y en el 2020, le dieron el primer trancazo al PNP y al PPD, engrosando los votos a la gobernación del Movimiento Victoria Ciudadana quien se mantuvo en el 14% y quintuplicando los del Juan Dalmau por el PIP, quien alcanzó el 13.8%. En una elección como la del 2020 donde Pierluisi prevaleció por menos del "uno punto bicicleta" con un 32%, y el PPD se desgranó bajando a un 31%, los casi 28% combinables del PIP y Victoria Ciudadana los hacen contendores evidentes para ganar la gobernación en menos de diez meses.

Lo único planeado por el bipartidismo PNP-PPD para estas elecciones es ver cómo evita cada uno, llegar tercero. Es decir, cómo se disputan entre ellos dos el segundo lugar. Lo saben bien, por ello, no quisieron restituir bipartitamente este cuatrienio, la coaligación en las papeletas que por un siglo estuvo vigente y que eliminaron en el 2011 bipartitamente, pues ello, facilitaría una tercera fuerza emergente con probabilidades reales de ganar. Tampoco quisieron tocar la ley electoral, para continuar obligando a los partidos a presentar candidaturas a cargos, aunque no quisieran hacerlo, para obstaculizar cualquier junte o alianza.

Fueron sorprendidos en su trampa, por la inteligencia del Junte de País.

Tanto el Movimiento Victoria Ciudadana como el PIP han sido capaces de articular una Alianza transparente y abierta donde sus candidatos han anunciado con franqueza a quiénes apoyarán en diferentes cargos. Serán los electores quienes voten por el partido de su preferencia y mixto, donde acepten el consejo que el liderato del MVC y el PIP desde la Alianza de País les de. Serán también los electores que voten por candidatura, quienes decidan por cuáles candidatos votan. Lo lógico es pensar que votarán por candidatos o partidos que no han participado del saqueo sistemático del país, ni que los hayan martirizado, a lo versión García Padilla, Ricky Rioselló, Wanda Vázquez o Pedro Pierluisi.

Quizá esto explique que se hayan sacado a desfile tanto por líderes del PNP como del PPD viejos libretos de los años sesenta al noventa. La Guerra Fría, parece haber revivido al menos en la imaginación manipulatoria de quiénes para tratar de safarse de su zafra de pillos e inversionistas, y de sus desmanes, levantan cucos viejos del segundo milenio y del pasado siglo a los que casi nadie, excepto los fanáticos hacen caso. La primera víctima de la inutilidad de esa campaña de miedo fue la pre- candidatura extinta a Comisionado Residente por el PNP de Kikito Meléndez. Sacó un anuncio de miedo contra la Alianza de País y a la semana, ya se estaba acogiendo al retiro de su candidatura. Pero no cabe duda que seguirán sembrando miedo y aquí les consigno los motivos:

1) Quieren mover el foco de la campaña de ser una por gobierno limpio y sensible, sensato y de contenido, a una campaña de status político. A pesar que ni la estadidad, ni el ELA son fórmulas aceptables para los EE UU. Algo que además, les consta, no se resuelve en la elección, pues en innumerables ocasiones tanto el PNP como el PPD han ganado las elecciones, sin que hayan adelantado un átomo en Washington en materia del status político. Distinto a esos dos partidos de la inmovilidad permanente , hay un compromiso de Juan Dalamu, para promover que todos, desde sus distintas visiones, podamos adelantar un proceso donde se lleve a Washington a comprometerse con buscar una solución no colonial, ni territorial al status político. Eso será en otras papeletas en otro tiempo, no del día de las elecciones, y ciertamente cabe en la agenda de todos los puertorriqueños.

2) Tanto el PNP como el PPD quieren destruir cualquier discusión y campaña de contenido donde se muestren y demuestren las propuestas anticorrupción que acabarían con el mangó bajito y la piquita en la que se han turnado para favorecer intereses contrarios al bien común y enriqueciendo a amigos del alma.

3) Tanto el PNP y el PPD quieren evitar que se detenga la orgía de malgasto y favoritismo, contrataderas y corrupción que se han tornado epidémicas en las últimas décadas para su provecho político.

4) Ambos partidos de la dependencia ---el PNP y el PPD--- le temen como el diablo a la cruz a que un gobierno local asuma las riendas de perseguir a la corrupción, les pare el caballito y además, les obligue a devolver lo que se han llevado.

5) Los "gemelos idénticos separados al nacer" como los llama la senadora tres veces electa por el PIP, María de Lourdes Santiago, ---el PNP y el PPD--- quieren seguir controlando el gobierno, los presupuestos y la cartera de influencias para sostener sus burocracias caducas y el cine sin pantalla donde proyectan la misma doble tanda: La nada de la Nada y el Plan del Plan del Plan.

6) La dupleta inmovilista PNP-PPD con su patética prédica que no contiene un status político que sea aceptable y conveniente para Puerto Rico y Estados Unidos, quiere seguir consumiendo tiempo, en su industria de administrar el atraso y el colapso del país, y de ordeñar el presupuesto.

Son muchas más las motivaciones y cada vez son menos las personas que se dejan encerrar en las dos jaulas, la azul y la roja del burocratismo y partidismo Popular y Penepé.

De ahí, la campaña de miedos; de ahí la ausencia de contenido y de proyecto de país, de ahí la política de los apetitos voraces y de los vejámenes. Por ello, la oferta PNP-PPD seguirá con su sonsonete hasta noviembre y está vacío, como un sobre, sin carta.

El autor es abogado, exrepresentante y excandidato a comisionado residente por el Partido Independentista Puertorriqueño. Posee un bachillerato en Ciencias Sociales de la Universidad de Puerto Rico y un Juris Doctor de la Facultad de Derecho de la misma institución. Tiene además un doctorado de la Universidad del País Vasco (2016).