Domingo García: Puerto Rico está de luto
La senadora Joanne Rodríguez Veve recuerda al polifacético artista, Domingo García.
El pasado 12 de mayo expiró el tiempo de vida de uno de los grandes de la plástica puertorriqueña, el polifacético artista Domingo García.
Lo conocí desde niña, antes que él me conociera a mí. Y es que sus cuadros, de brochazos profundos como la profundidad de su mirada, decoraron salas y pasillos de mi infancia.
Hoy, celebro al pintor, al escultor, al grabadista, al galerista, al gestor cultural. Pero, sobre todo, hoy mi alma le habla al alma del amigo y del patriota. Al amigo que me abrió las puertas de su taller en la calle Las Palomas, donde me enseñó a saborear densamente la pasión del color y a admirar el rigor de un artista que pintaba desde sus adentros la patria que tanto amaba. Y no es que el paisajismo fuera el distintivo de su píncel, sino que en cada obra estaba el patriota dejando en herencia la conciencia de ser puertorriqueños. Conocí a Domingo muchas tardes, cuando las horas se extendieron para conversar. No recuerdo una sola conversación de paso, todas fueron intensas como él, como su brochazo en el masonite.
Y ante su muerte, la muerte de uno de los grandes pintores expresionistas de nuestro país, maestro de muchos y gloria de todos, reflexiono sobre la tragedia de la pérdida de conciencia histórica y cultural. Me entristece ser testigo de una generación política que declara duelos oficiales por el fallecimiento de figuras minúsculas e ignora la travesía de quienes nos han engrandecido aquí y más allá de los confines de esta tierra. No lo niego, me aturde ver cómo la identidad puertorriqueña se reduce a bazares, manifestaciones folclóricas de temporada y personajes efímeros.
Esa no es nuestra patria, al menos no la que Domingo pintaba. Esa no es la patria de Francisco Oller, Rafael Tufiño, Lorenzo Homar, Julio Rosado del Valle, Rafael Hernández Acevedo, Augusto Marín, Myrna Báez, Olga Albizu y tantos otros que pintaron para gestar y afianzar nuestra conciencia de ser puertorriqueños.
No niego que la ausencia de un duelo oficial declarado por el gobierno agudice el luto por la muerte de quien se fue al más allá montado en la nube de su cuadro. Y sí, este duelo trata de Domingo, pero no solo de Domingo. Hoy hablo por él como quiero pensar que lo hubiera hecho él mismo si pudiera decirnos algo. Si su verbo estuviera vivo como su alma hoy lo escucharíamos decir: llora si morimos, pero que no se muera la patria.
Descansa en paz, querido amigo.