En los últimos años han cobrado alguna resonancia los términos “partidocracia”y bipartidismo.

En los últimos años han cobrado alguna resonancia los términos “partidocracia”y bipartidismo. Los conceptos son utilizados peyorativamente por aquellos que resienten la existencia de una institucionalidad o estructura que agrupe ciudadanos con ideas muy particulares que tienen en común y que impulsan en sus plataformas mediante el voto agrupado. A esa nomenclatura, otros grupos criollos igualmente políticos y “politizados” le suman el ataque verbalizado a “los azules y los rojos” refiriéndose al PNP y al agonizante PPD. Sí. Es algo así como que ellos entienden que militar o ser afiliado a un partido es algo digamos “malo”, “fuera de moda” y que no está “a la altura de nuestros tiempos”. La premisa es que los partidos no son instrumentos útiles para los pueblos. Entonces sustituyen la palabra “partido” por, digamos, “movimiento”, “frente”, “colectivo” o “coalición” aunque actúen todos exactamente igual especialmente cuando hay financiamiento público para sus campañas y empleos para repartir en la CEE.

La insistencia en ese discurso anti partidista, ha provocado que algunas personas en el PNP y el agonizante PPD, aún cuando quieren militar en esos partidos, se comporten como si no fueran afiliados a dichas colectividades. Es un fenómeno camaleónico y destructivo al mismo tiempo. Se trata de una estrategia de salvación individual pero usando el partido de escudo y salvavidas. Como dirían los del bochornoso “chat” es tratar de “coger de… hasta los suyos”. Esa faena, definitivamente no se detiene.

En mi partido, aunque esto ocurre en la alicaída pava también, algunos aspirantes a los puestos electivos comienzan por esconder el color, logo o insignia del partido. En ocasiones utilizan los colores de la oposición o neutrales para no verse muy políticos o partidistas. En los temas ideológicos o fundamentales hablan manteniendose al margen para no comprometerse. Algo así como que son PNP pero “diferentes”, “diluidos” y “bregan” con “todo el mundo”. El mensaje es que no se aferran o amarran “tanto” con los postulados más importantes de nuestra colectividad, en aras del “consenso” y buscar lo que “nos une”, si algo, a otros grupos no afines con nuestros postulados. Ah! y si resultan electos, ganaron ellos por su virtuosidad, no por el partido!

Los partidos no son perfectos y en ocasiones corresponde enfrentar eso que alguna gente llama “maquinaria” para que la estructura pueda despojarse de los camaleones ideológicos y personajes que en ocasiones llegan a puestos electivos.

No hay nadie más político que aquel aspirante que niega serlo; no hay nadie más ordinario que aquel que presume ser diferente y no hay mayor cobardía que negarse u ocultarse a sí mismo o a lo que representa.

En nuestro caso la estadidad y una agenda ubicada entre conservadora y moderada siempre ha caracterizado al Partido Nuevo Progresista. A lo interno eso solidifica, pero a lo externo, polariza con los resentidos, algunos liberales, los anti americanos, socialistas e izquierdistas.

El PNP defiende principios, valores, la igualdad, al trabajador, a la familia, la libre empresa, la sana convivencia entre puertorriqueños y la justicia social. Así lo fundó Luis A Ferré y un grupo de puertorriqueños promoventes de esa igualdad con la estadidad como objetivo para lograr esas aspiraciones. De un movimiento subestimado que fuimos en el año 1967 y en las elecciones del año 1968 nos convertimos en el partido político más grande y el movimiento ideológico más fuerte y amplio.

Cuando observamos el comportamiento electoral desde nuestra fundación, es compulsorio concluir que la insistencia en los preceptos conservadores y moderados, sumados a pedir claramente el voto bajo la PALMA y para la ESTADIDAD, nos fortalecieron. Apartarse de esos principios diluye la fuerza progresista y estadista. El récord electoral habla por si mismo. En los peores momentos colectivos, de confrontación entre líderes, son los ideales y principios los que producen cohesión en el PNP. Los otros partidos y “movimientos” no tienen eso.

Cuando surgen vacantes en puestos electivos y nos acercamos a una elección especial o general vemos como es que, buscando el voto, alguna gente se distancia de los que somos en el PNP. Alegan que no son políticos “tradicionales”, que vienen con “nuevos estilos”, que son “caras nuevas” y que traen el “cambio”. Aún distanciándose algunos con sutilezas y otros cobardemente, ninguno aspira como independiente porque quieren esa base política apoyándolos. Es ahí que se les nota la cobardía!

La palma siempre ha representado el cambio, el progreso y el bienestar de los puertorriqueños. Hemos sido, somos y siempre seremos mejor gobierno. Todos los líderes somos transitorios. Cada líder recorre un tramo en la historia y eventualmente es relevado por otro. Lo que no puede ocurrir es que esos “camaleónicos” pretendan para llegar ellos, convertir en transitorios nuestros principios, valores y causas. Los líderes pasan, las causas tienen que perdurar.

En la elección especial del próximo 15 de enero se escogerá la persona que dirigirá el municipio de GUAYNABO. Hay que identificar quien tiene el compromiso con lo que representa el PNP y elegirlo. El riesgo de escoger a alguien sin trayectoria ni compromiso, sería caer en lo que dice aquel sabio refrán… “a la moda aunque me…”

Las modas, todas, son efímeras mientras que lo clásico, lo original, duradero! Como tiene que ser !