“Mamá, hoy te agradezco que siempre estás presente en mi vida, sin importar mi edad, nunca te he agradecido lo suficiente, ya no quiero seguir celebrándote solo el día de las madres, quiero hacerlo siempre”.

Esas fueron las palabras que dijo un joven adulto en uno de mis talleres dirigidos a madres e hijos. Y si algo he aprendido en mis años trabajando con madres es la capacidad que tienen de amar. Por otro lado, escuchando lo que humildemente dijo este joven, analizo, como también muchos hijos, esposos y familiares dan por sentado lo que hacen las madres día a día y se les olvida agradecer y estar para ellas. Esto va dedicado a esas madres que sí aman, que sí están, que sí tratan de buscar las herramientas para ser mejores, no perfectas. A ustedes las reconozco.

La primera relación de amor con nuestros hijos somos nosotras. Los padres también tienen su lugar, pero hoy nos concentramos en las madres. El desarrollar ese vínculo puede ser retador, no siempre por el bebé, sino por nuestros miedos y dudas. Ya sabemos que no necesariamente tenemos un manual de cómo ser madre. Podremos leer, educarnos y prepararnos, pero siempre surgirán retos e imprevistos que no teníamos pensado; así de compleja es la tarea de la maternidad.

La crianza es el reto de nunca acabar, poder cumplir con la encomienda de ser madres. No importa cuánto hagamos, siempre nos preguntaremos si estamos siendo suficiente para nuestros hijos.

Nos fallamos una y otra vez

En este andar de vida siendo madres encontraremos que nos equivocaremos en muchas ocasiones, de tantas maneras. En ocasiones nos equivocamos en la crianza y, sobre todo, algo que no siempre se dice es como nos equivocamos en fallarnos como mujeres. Nos olvidamos de nosotras, de nuestro cuidado y tiempo. Nos equivocamos también en no permitirnos cuidar nuestra esencia, tomarnos nuestro tiempo para descansar o despejarnos.

Por eso es tan importante el llamado que hago este día de las madres, y no necesariamente es a ellas que va dirigido sino a los que las rodean.

Los 4 acuerdos:

1-Ámenlas; demostrándoles gratitud.

2-Cuídenlas; demostrándoles apoyo.

3-Respétenlas; demostrándoles espacio y aprecio.

4-Regálenles: Tiempo y reduzcan sus tareas.

Mamá perdónate

Hoy quiero invitar a todas las madres a perdonarse, a no buscar perfección, sino reconocer que también aprendemos por ensayo y error, a no ser tan exigentes, ni perfectas, solo querer ser la mejor madre para ese niño o niña en específico. Sí, porque siempre he pensado que para cada niño hay un size de madre.

Carta a mamá…

Aquí te dejo una idea para dedicarle a mamá, esto sí sería un buen regalo, que lo más seguro atesorará a mamá. Por un mundo más equitativo y menos machista.

“Madre querida, hermosa y poderosa, desnuda tu alma frente al espejo, mírate y ámate por lo increíble que eres. Observa la grandeza que llevas y la confianza que evocas. Tu presencia crea un ambiente increíble. Eres madre y muchos roles más, además de diferentes sombreros que vives asumiendo. Lo sé mamá, puedo ver que la sociedad no ayuda y te exige demasiado, pero créeme que eres maravillosa, no necesitas hacer más, somos nosotros que necesitamos hacer más para ayudarlas. Descansa mamá, hoy te prometo que no te dejaré sola y comenzaré a ayudarte a bajar esa carga diaria, aquí estoy como tú siempre has estado para mí”

El verdadero regalo a mamá

Recuerda ponerte en los zapatos de una madre, ese es el mejor regalo que le puedes dar. No le dejes toda la carga, reconócela y apláudela. Sé agradecido por cada cosa que te regala, no asumas que, por ser madre, lo tiene que dar.

Deja de celebrarla un solo día al año. Apláudela a diario por todo lo que hace.

¡Que pases un buen día de madres, abrázala! ¡Y si me estás leyendo mamá eres increíble, abrázate!

Joharys Aybar es psicóloga y coach de parejas