Columna de Opinión de Víctor García San Inocencio.

Como corredores nerviosos en una carrera corta, o como caballos briosos en la gatera, la mayor parte de la minoría PPD en la Cámara de Representantes ha abierto las compuertas y corrido la distancia. Saben que por anticlimático y antipático que parezca, permanecer inmóviles es darle la ventaja a algún ex-gobernador quien mueve las fichas tras bastidores para adelantar a su candidato a la presidencia quien le sirvió muy bien en La Fortaleza.

Los gobernadores meten la mano en la selección de los presidentes legislativos cuando han ganado las elecciones. Doña Sila lo hizo por Vizcarrondo cuando existía el peligro inminente de que el luego infame De Castro Font, se hiciese de la misma a fuerza de favores de campaña. De Castro emigró de partido y de cuerpo legislativo, e hizo un pastel con los senadores populares que terminó dándole el control de los peajes del calendario de órdenes especiales, a su puesta "en subasta"a postores empresariales, y a un eventual boleto a la cárcel.

Ahora, en este nuevo escenario hay también un vacío hondo, que no debe convertirse en un vertedero de cenizas tóxicas. El presidente nominal del PPD, quien preside su Conferencia Legislativa tiene muy poco amarre y tracción. Algunos alcaldes mantienen control de pedazos de la estructura, más bien remanentes, y cada quien hace su apuesta o trata de agarrar las riendas.

Al actual portavoz minoritario en la Cámara, Rafael "Tatito"Hernández, no le gustaron los movimientos poco sutiles de Alejandro García Padilla, quien antes como jefe de agencia se destacó por informar diariamente el precio de la gasolina y que como senador fue uno del montón. Pudo llegar a la gobernación por la flojera de una decadente y buscona administración PNP; siendo García Padilla luego, responsable de declarar la quiebra del gobierno, apoyar la ley PROMESA y a Junta de Supervisión Fiscal. Tan terrible fue su cuatrienio que empezó a hacer las maletas en su tercer año, dejándole un valle de lágrimas al doctor David Bernier, quien perdió por poco margen en el 2016, frente al hoy fugitivo Ricardo Rosselló.

Ante el evidente vacío y los conatos de marrullerías de Alejandro, decidió llenar el vacío Don Tatito, y se saltó la certificación de una mayoría cameral PPD --que a lo mejor no la hay-- confiando que uno o dos votos le caerán para presidente, pase lo que pase. A Don Jesús Manuel le toca una larga espera hasta el próximo cuatrienio. Si hubiese tratado de robarse el tiro de frente y no por trasmano, hubiese podido "negociar" lo que acaso resultaran ser mejores condiciones. De poco valdrán los regaños de los expresidentes del PPD para hacer retroceder al bloque de Tatito. Al más activo de estos no le fue bien en la elección. Algunos lo culpan por la derrota de Delgado Altieri. No creo que le interesen a Aníbal estas escaramuzas camerales. Sabe que entre la Junta y PROMESA, los casos federales y los presidentes de EEUU, se llevaron lo poco que le quedaba de hoja de parra al ELA.

Con su carrera política deshilachada, sepultada nunca se sabe, ni se acercará al pequeño fogón cameral. Pasaron los tiempos en que Acevedo Vilá vetaba consensos tripartitas para bloquear que se adelantaran procesos definitorios de status acordados y votados unánimemente en Cámara y Senado. Debe andar buscando otros rumbos.

El Portavoz de la minoría popular --Hernández Montañez-- actuó sólo en defensa propia y la de su grupo de otros 15 legisladores. Cualquier presión indebida o conato de boicot podría resultar en otro episodio "pavaclíntico", esta vez en la Cámara, y que el PNP obtenga por un pacto entre facciones el control compartido, que no ganó en las urnas.

Hernández ha mostrado instintos políticos refinados aunque movimientos para nada sutiles. Divididos los bandos y marcado el terreno una operación de enfriamiento y control de daños se hace inminente. Los ex presidentes del PPD deberán desenterrar sus brazos metidos hasta las clavículas en la controversia, y, particularmente Alejandro, tendrá que pedirle excusas y desistir de su proyecto de llevar a su alter ego Jesús Manuel a presidir la Cámara. Mientras, esta semana, los senadores populares más avezados, harán lo suyo, con, o sin mayoría absoluta.

Alejandro García Padilla resultó derrotado también en estas elecciones. Su chantaje hosco y vulgar de que un voto por cualquier otro partido que no fuera por el PPD, sería un voto por Pierluisi fracasó. Bajo esa teoría absurda y repudiada por el electorado que se cansó del llamado chantajista de mediocres al voto útil, si Pierluisi tuviese el mismo contaje de neuronas que Alejandro, podría alegar que a su 33% le tienen que sumar el otro 35% que suman el PIP, MVC y Proyecto Dignidad y el candidato independiente Eliezer Molina. El disfraz de "analisto" político le quedó mal a Alejandro. Aún si aspirase todavía a regresar a la política electiva, en el Parque de las Ciencias de Bayamón le tienen un lugar reservado junto los cohetes quemados de la NASA en el área de los ciquitraques.

Si la delegación cameral popular no se fragmenta como una granada, todavía tiene que contar con quienes representan allí a ese 35% del electorado. La falsa salida del bloque Hernández Montañez, necesita urgentemente legitimidad. Si sabe romper con la seducción de la politiquería tradicional, esa facción debería transformar realmente a la Cámara en enero que está asediada por la corrupción, el unipersonalismo presidencial y el abandono de las funciones legislativas fiscalizadoras e investigativas que tanta falta hacen.

Cambios de estilos, verdadera participación de todos los legisladores, participación ciudadana real, contrataciones ancladas en el mérito y la transparencia, nuevos reglamento inclusivos de los ciudadanos, entre otras, son conquistas alcanzables para el Pueblo desde su Cámara, si en verdad la movida del portavoz popular no resulta ser una falsa salida.