Merecemos un gobierno ágil y sensible
El alcalde de Isabela, Charlie Delgado Altieri, opina que la ciudadanía está abrumada y las ayudas están secuestradas por la ineficiencia gubernamental o por pura política primarista.
La cercanía a nuestra gente nos hace conocer de primera mano sus inquietudes y necesidades, nos las comunican diariamente. Y cuando sus inquietudes se relacionan con su estabilidad familiar, lo verbalizan enérgicamente. Sin duda, todos estamos atravesando por un evento sin precedentes. Sin embargo, la tolerancia del puertorriqueño tiene un límite.
Hoy día, muchos puertorriqueños han comenzado a sentir la crisis económica en sus hogares. Hay gente que ya está pasando hambre. Existen madres que no han podido acceder a sus beneficios del programa WIC poniendo en riesgo la salud de sus hijos. Sencillamente están sintiendo de golpe la crisis y lo notan en sus bolsillos. Es aquí donde comienza la desesperación, ya que se sienten abrumados por un gobierno que, aunque les anuncian millones de dólares en incentivos y ayudas, las ayudas están secuestradas por ineficiencia o por pura política primarista.
Al día de hoy, la Junta de Supervisión Fiscal ha acordado liberarle al gobierno casi mil millones de dólares y el Departamento del Tesoro federal les acaba de enviar unos 2.2 billones de dólares para mitigar la crisis económica causada por esta pandemia.
Sin embargo, la gobernadora de turno apenas ha desembolsado una cantidad mínima. Tanto el dinero federal como estatal tiene que fluir con la rapidez que esta situación de emergencia de salud lo amerita. Ni los negocios locales ni las neveras de miles de familias puertorriqueñas pueden esperar más.
Diariamente en la prensa del país ha quedado plasmada la mala administración de este gobierno. En estos momentos, el Departamento de Hacienda le está poniendo cortapisas y tropiezos al incentivo federal. Irónicamente, Hacienda anunció con bombos y platillos que la Junta de Supervisión Fiscal aprobó el uso de 400 millones de dólares para adelantar el incentivo federal de $1,200 por individuo. Sin embargo, el Departamento del Tesoro federal recientemente indicó su objeción al plan de distribución que Hacienda radicó hace varias semanas. Mientras tanto, Hacienda envió un correo electrónico para decirte que el dinero que tanto necesitas “ya viene”.
Por otro lado, el Departamento de Desarrollo Económico, que solo ha desembolsado alrededor de 29 millones de dólares en incentivos, ha dejado desprovistos a una cantidad sustancial de negocios locales que no pudieron acogerse a dichos incentivos porque los mismos “se agotaron”.
Dado al efecto de este mal manejo, miles de puertorriqueños se han movido a solicitar ayudas gubernamentales para mantenerse de alguna forma a flote, ya que han perdido sus empleos.
El Departamento del Trabajo ha fracasado con la liberación de los fondos asignados para esto y el manejo de 200,000 solicitudes ha sido reseñado como uno deficiente. También el Departamento de la Familia ha sido uno ineficiente con el manejo de los casos, reseñándose en medios de comunicación que el 70 por ciento de los puertorriqueños que solicitan el programa de asistencia nutricional (PAN) les ha sido denegado en adición a la inaccesibilidad al solicitar este beneficio.
De otra parte, conocemos de primera mano casos de servidores públicos dispuestos a trabajar para ayudar en la rápida recuperación del país, pero su agencia no se compromete con brindarles las herramientas necesarias para desempeñarse en un ambiente seguro.
Sin duda alguna, este gobierno no tiene la capacidad para manejar la crisis que hoy nos toca atender. Es momento de asumir nuestra responsabilidad con el país y darle una administración ágil y sensible. Puerto Rico lo merece.
El autor es alcalde de Isabela y pre candidato a la Gobernación por el PPD.