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Inteligencia Social

El egoísmo de estar 'saludable'

[OPINIÓN]

Dra. Marieli González Cotto, bióloga celular y molecular, científica y profesora universitaria. (Suministrada)
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A luz de la recién declarada pandemia del COVID-19, somos muchos los que hemos sacado nuestro superhéroe a pasear, pensando que este nuevo virus no nos va a enfermar.

Aunque esta manera de pensar puede ser cierta y reafirmada por las limitadas estadísticas mundiales, muchos olvidamos lo más importante: el bienestar social.

Muy probablemente, usted no muera a causa del coronavirus, pero las probabilidades de que se convierta en “vector” de la enfermedad son altas.

En el campo de las enfermedades infecciosas, un vector es cualquier organismo que carga y transmita un agente infeccioso. Esto no es un tema nuevo para el puertorriqueño, que conoce el zika y el dengue, ambos transmitidos por el mosquito como vector. En el caso del coronavirus, el vector es usted.

Para ser un vector, usted no necesita sentirse enfermo. De hecho, en el caso de muchos virus, como la influenza, usted es más contagioso antes de sentirse enfermo. Ahora bien, ¿qué significa esto para mí y para los demás?

Entonces viene lo más preocupante: dado a esta sobrepoblación de gente enferma, el sistema de salud se verá forzado a tomar la determinación sobre quién merece atención médica y quién no.

Significa que, si no practicamos medidas preventivas y de aislamiento social, tendremos muchos vectores transmitiendo el virus. Esto a su vez significa que personas que sí se pueden enfermar gravemente, necesiten cuidado hospitalario. El sistema de salud colapsará ya que no habrá “cama para tanta gente” y esto se traduce a escasez de equipo y personal médico. Entonces viene lo más preocupante: dado a esta sobrepoblación de gente enferma, el sistema de salud se verá forzado a tomar la determinación sobre quién merece atención médica y quién no.

Se podrá decidir tomar en cuenta la edad, enfermedades preexistentes y recursos requeridos para la recuperación. En otras palabras, se tratarán a los pacientes que tengan la mayor probabilidad de recuperación y sea de máximo beneficio para la sociedad. Estas decisiones aplicarán a cualquier paciente que requiera cuidado médico, sea por el COVID-19 o no.

Esta posibilidad no es sacada de una película, es real y ya está siendo contemplada en países como Italia. Suena cruel e inverosímil, pero este tipo de pautas ya se utilizan en la milicia y en eventos catastróficos. Usted se preguntará, ¿estamos en una catástrofe? No, pero no hay suficiente tiempo para mejorar el sistema de salud y prepararse. Tome medidas de higiene y protección.

La ciudadanía puede elegir el distanciamiento social sin esperar por un gobierno que solo es optimista por conveniencia de unos pocos.

*La autora es bióloga celular y molecular, científica y profesora universitaria