Amanece, que no es poco logro aún verlo, otra semana en la que el representante positivo a drogas renuncia a su escaño y se levanta el telón sobre otro acto de la recien estrenada tragicomedia judicial con un senador y un empresario como protagonistas.

La renuncia de Rolando Crespo no es más que la única salida que le quedaba. No es tanto por ética, que seguramente ignora qué significa la palabra. Ni porque la Comisión legislativa que reúne ese término en su enunciado terminaría, tal vez, después de su ‘investigación’, con más escarnio público para este representante elegido por el pueblo.

Es por vergüenza. Sospecho que en algún punto de la introspectiva Crespo sintió vergüenza, tiene que haberla sentido, de haber mentido públicamente durante más de un mes. De maniobrar con verborragia corta sobre los resultados, de amenazar con demandas a quienes revelaron en su momento esos resultados, de jurar y perjurar, como cuando dice que consumió una sola vez durante un viaje…en fin, una y muchas para el caso ya no cuenta.

O peco de ingenuo y le prometieron contratos, cuando la marea pase, a cambio de la renuncia?

Como una noticia reemplaza a otra en este vértigo superficial en que vivimos, Crespo tiene la suerte de que durante toda la semana seguirá el juicio al senador Héctor Martínez y al empresario Juan Bravo. Desfile de amigos, con el presidente del Senado a la cabeza, y testimonios que podrían aparecer como intrascendentes, pero que en sus entrelíneas provocan arcadas: una vez más, como en el juicio a Acevedo Vilá, y más allá de resultados de culpabilidad o de ‘no culpable’ (que no es lo mismo que inocente) se expone como se diseña ese intercambio de intereses millonarios y la política local.

Un asco, un insulto a la inteligencia media de la sociedad laboriosa. La misma sociedad que, supuestamente, consume con entusiasmo este basural llevado a las primeras planas.

Pero hay otro lado. Hay otra gente que hace otras cosas en esta Nación caribeña.

La doctora en historia medieval y profesora residente en Georgentowm, Carmen Alicia Morales, representará a Puerto Rico en el festival internacional de cuenta cuentos ‘Primavera de Cuentos 2011’ a celebrarse en La Habana, Cuba, del 14 al 20 de marzo.

Carmen Alicia es cangrejera de nacimiento y cuenta en su libro, ‘Cangrejeros’, estampas de ese barrio boricua que aguardan lectores en La Tertulia, entre otras librerías.

Maira Landa tiene su ‘Concierto para Leah’, quinta finalista del premio Planeta de España, publicado y con éxito en ventas; Ronald Flores exhibe su ‘Seven Sins, Seven Stories’ en Barnes&Noble, Borders y en Amazon; Francisco ‘Pancho’ Velázquez escribe, publica y distribuye sus últimas tres novelas, ‘El muro que guarda el rosal’, ‘La Marea de los muertos’ y ‘Emilia Leclerc, tres novelas galantes’ en La Tertulia y en el Kindle de Amazón, y Claudio Álvarez Dunn presenta en concurridos conversatorios a través de la Isla su libro ‘Los hombres sólo pensamos en sexo’, también disponible en librerías del país.

Todos son mis amigos y eligieron la palabra escrita, la novela, la ficción, el ensayo, para sumarse al intento de mejorar nuestras vidas con la riqueza de la lectura.

No venden influencias ni aspiran al poder para ser más ricos o impunes.

Y eso los aleja de las primeras planas.