Jueves 16 de febrero de 2012 – Pan, Tierra, Libertad? – La Colonia Gorda frente a la ‘fe, amor, dolor, arte’

‘Odio el sistema colonial porque ese sistema es la muerte del espíritu, es la degradación del hombre por el hombre.’

-Román Baldorioty de Castro

Un día como hoy, hace 76 y 116 años, Luis Muñoz Marín escribió sobre la fundación del Partido Popular, y nació Evaristo Ribera Chevremont, respectivamente.

Hace 116 años nació Evaristo Ribera Chevremont, una de las principales figuras de la Vanguardia Literaria del Puerto Rico de las primeras décadas del Siglo XX y el autor de la celebración en tributo a la lengua castellana conocida alrededor del mundo iberoamericano: ‘La lengua castellana’.

Un mismo día como hoy, hace 76 años, le escribió Luis Muñoz Marín a Ruby Black, una de sus principales aliadas dentro de la Administración del New Deal del entonces Presidente de los Estados Unidos, Franklin Delano Roosevelt. En dicha misiva, Muñoz Marín expresa que existen aspectos positivos que brotan de las terribles circunstancias que asolaban al Partido Liberal (en gran medida, la colectividad política de la que surgió el PPD). Expuso que si, luego de optar por un retraimiento estratégico en la elección de 1936, se lograba dar al traste con los antiguos instrumentos de política clientelista, él podría surgir como nuevo líder de una colectividad volcada a aglutinar el poder que le otorgaría servir a las grandes masas de trabajadores entonces aliados al Partido Socialista (PS). De dicho plan, atado a su inconformidad con lo que percibía como un Partido Liberal cuyo liderato había prácticamente abandono el proyecto de soberanía nacional, surgieron los cimientos que eventualmente condujeron a la creación del Partido Popular Democrático (PPD) en 1938.

Eventualmente el Partido Popular Democrático (PPD) abdicó de su aspiración a la soberanía nacional y su proyecto de justicia social, encarnado en su lema ‘Pan, Tierra, Libertad’. El llamado reciente a votar a favor de la colonia o ‘territorio’ en la consulta en calendario para el 6 de noviembre de 2012, y el apoyo del ex Gobernador Rafael Hernández Colón a las principales políticas de Luis Fortuño: Ley 7, la política en la Universidad de Puerto Rico y el Gasoducto (‘Vía Verde’), sin ninguna voz alternativa de renombre dentro del seno del partido salvo la contada excepción de Néstor Duprey. Dicha dinámica ha conducido a este partido a convertirse en lo que muchos sectores del país perciben como el portaestandarte de lo que Noel Colón Martínez llamó ‘la colonia gorda’ (burda y descarnada) y transformarse en la Coalición desvirtuada de principios que, desde el neoliberalismo, se asemeja sorprendentemente a la Coalición que pretendió combatir y trascender Luis Muñoz Marín.

La inhabilidad de los sectores considerables dentro del PPD que creen en un proyecto que sea cónsono al lema de ‘Pan, Tierra, Libertad’ de dicho partido, ha surgido en gran medida debido a la ausencia de la elocuencia y efectivo uso del lenguaje que caracterizaron a líderes de previas generaciones a lo largo del espectro político.

Es por ello que vale evocar el mensaje de Salvador Tió, otro defensor importante de nuestra lengua, quien afirmó que:

‘Nuestro lenguaje político está lleno de palabras vacías y vacío de palabras respetables… No se necesita mucho carácter ni para entregarse ni para suicidarse. Carácter se necesita para ver las cosas como son y darles soluciones adecuadas.’

-Salvador Tió

Sin efectivos exponentes de la lengua, difícilmente se trascenderá la ‘colonia gorda’ ni la burundanga del discurso carente de sustancia, dignidad y lógica, como la llamó Nemesio Canales.

LA LENGUA CASTELLANA

La lengua que arropara de vocablos mi cuna

es la lengua brotada del solar de Castilla.

Del Romancero a Lope, sin dejadez ninguna,

ofrécese en romance, soneto y redondilla.

Ni un átomo en mi forma corporal es reacio

al toque rutilante, musical y perfecto

de la lengua que en libro, cuartilla o cartapacio

le da, por su pureza, vigores al concepto.

Levántase la lengua de clásicos sabores

en los pergeñadores ciertos de la belleza.

Los doctores del canto, los puristas mayores,

me la sirven en cláusulas de altitud y justeza.

La lengua -voz de siglos- a mi verbo se enlaza.

No habrán de destruirla, porque es la mejor parte

-lo substancial, lo eterno- del todo de mi raza.

Y mi raza es, en todo, fe, dolor, amor, arte.

-Evaristo Ribera Chevremont

Para más información histórica, sigue a Hans Perl Matanzo y a Ana Gabriela González Oliva en Rico Puerto Rico.