La exempleada, Frances Acevedo, pasaba dinero ilegal a la exrepresentante novoprogresista por ATH Móvil y le ponía “Para Tata”.

Cuando el 11 de diciembre inicie el juicio federal por extorsión contra la exrepresentante novoprogresista, María Milagros “Tata” Charbonier Laureano, será un asunto enteramente de familia.

Charbonier Laureano, su esposo y su hijo quedaron como únicos acusados después de que hoy la exempleada de la exlegisladora, Frances Acevedo Ceballos, notificara a la jueza Silvia Carreño Coll su decisión de declararse culpable después de llegar a un acuerdo con la Oficina del Fiscal de los Estados Unidos para el Distrito de Puerto Rico.

Los términos del acuerdo se conocerán el 7 de noviembre a las 11:30 am cuando ocurra la vista para formalizar la alegación de culpabilidad de quien fuera empleada de Charbonier Laureano en la Cámara de Representantes. Acevedo Ceballos sería por lo menos la segunda exempleada de la legisladora con la que contaría la fiscalía para testificar en su contra. Nunca fue acusado, pero estaba implicado en el esquema otro exempleado, Jonathan Alemán Arce. Acevedo Ceballos aceptará culpa por un cargo de robo de fondos federales y soborno.

Según el pliego acusatorio presentado en agosto de 2020, Charbonier Laureano cobraba dinero a sus empleados y les concedía aumentos de salarios para que le devolvieran parte del donero en efectivo, en depósitos directos o mediante la aplicación ATH Móvil.

La fiscalía estima que Charbonier Laureano recibió $100,000 (a razón de entre $1,000 y $1,500 mensuales) mediante este esquema. Por un trámite idéntico con sus empleados están convictos y cumpliendo cárcel ya los también exlegisladores novoprogresistas Nelson del Valle Colón y Néstor Alonso Vega.

Específicamente relativo a Acevedo Ceballos, el pliego indica que ganaba $800 quincenales de 2014 a 2017, en 2017 se le aumentó a $2,100 y de mediados de 2017 a julio de 2020 ganó entre entre $2,700 a $2,900. La empleada entregaba el dinero en efectivo, a través de otras personas, dejando sobres en lugares predeterminados y en transferencias electrónicas que marcaba “Para Tata”.

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