Las importaciones son el beneficio del comercio. Las exportaciones, el sacrificio.
El mito del superávit
Cada temporada electoral escuchamos la misma historia: Estados Unidos “pierde” porque importa más de lo que exporta. Los políticos prometen revertir el déficit comercial, como si enviar más bienes al extranjero de los que traemos fuera una señal de fortaleza.
Esa historia está al revés.
Como dijo Milton Friedman en 1978: “La ganancia del comercio exterior es lo que importamos. Lo que exportamos es el costo de obtener esas importaciones”. En otras palabras: las importaciones son el beneficio del comercio. Las exportaciones, el sacrificio.
Por qué las exportaciones son un costo
Piénsalo en términos domésticos: ¿celebrarías dar más de lo que recibes? Sin embargo, así es exactamente como los líderes describen una “balanza comercial favorable”.
Cuando exportamos autos, aviones, semiconductores o medicinas, enviamos al extranjero trabajo, materiales y capital que podríamos usar aquí. El único motivo para incurrir en ese costo es que las importaciones que recibimos valen más para nosotros que mantener esos recursos en casa.
Lo que realmente importa
Esto no significa que la producción nacional no sea vital. Algunas industrias—semiconductores, energía limpia, tecnología médica—son estratégicas y deben protegerse para evitar una dependencia peligrosa de cadenas de suministro frágiles o hostiles. Pero resguardar sectores clave es muy distinto a obsesionarse con la balanza comercial en general.
Cuando los políticos persiguen superávits solo por apariencia, suelen recurrir a aranceles y gestos proteccionistas. ¿El resultado? Precios más altos para los estadounidenses, poca ganancia en resiliencia y mucho espectáculo político.
Las importaciones son beneficios, no amenazas
Las balanzas comerciales se tratan con demasiada frecuencia como si fueran marcadores deportivos—superávits como victorias, déficits como derrotas. Pero el marcador no nos dice si el comercio está mejorando la vida de la gente. Las importaciones no son pasivos. Son la razón de que exista el comercio: ampliar lo que podemos consumir, reducir costos y liberar recursos para otros usos.
Una mejor medida de fortaleza
En lugar de perseguir la ilusión de victoria en los superávits, deberíamos hacernos otras preguntas:
¿Tienen los estadounidenses acceso seguro a los bienes que necesitan?
¿Son los empleos dignos y estables?
¿Contamos con capacidad doméstica en los sectores que más importan para la resiliencia y la seguridad?
Eso—y no una hoja de balances arbitraria—es la verdadera medida de la fortaleza económica.
Hora de cambiar el guión
Es momento de dejar de tratar las exportaciones como trofeos y las importaciones como amenazas. El objetivo del comercio debería ser sencillo: mejorar el bienestar de los estadounidenses mientras protegemos las industrias más estratégicas. Los superávits y déficits son distracciones.
Lo que importa es que la política comercial sirva a la gente, no al teatro político.
Start creating an account
Te enviamos un correo electrónico con un enlace para verificar tu cuenta. Si no lo ves, revisa tu carpeta de correo no deseado y confirma que tienes una cuenta vinculada a ese correo.
Enter your account email address and we'll send you a link to reset your password.
Le hemos enviado un correo electrónico a {{ email }} con un enlace para restablecer su contraseña. Si no lo ve, revise su carpeta de correo no deseado y confirme que tiene una cuenta vinculada a ese correo electrónico.
Please verify that your email address is correct. Once the change is complete, use this email to log in and manage your profile.
Comentarios {{ comments_count }}
Añadir comentario{{ child.content }}