La Policía de Río de Janeiro comenzó hoy a sustituir a parte de los agentes destacados en la Rocinha, la mayor favela de la ciudad brasileña, despues de que se hayan denunciado numerosos casos de torturas, informaron fuentes oficiales.

La transferencia afecta a 70 de los 700 policías que patrullan en la Rocinha y, en su mayoría, fue solicitada por los propios agentes porque estaban ‘desmotivados’, según informó la dirección de las Unidades de Policía Pacificadora (UPP), el cuerpo que opera en las favelas.

El número de policías no fue alterado y los agentes trasladados han comenzado a ser sustituidos por colegas que trabajaban en otros cuarteles de favelas cercanas.

El caso más grave que ha motivado el relevo policial es el de Amarildo de Souza, un albañil que vivía en la Rocinha y que está en paradero desconocido desde el pasado 14 de julio, después de ser arrestado e interrogado en las dependencias de la UPP de esa favela.

Los fiscales responsables por la investigación sobre la desaparición han solicitado el arresto de 25 policías, a los que han acusado de torturar al albañil hasta su muerte.

En el curso de la investigación, que ha generado una gran polémica en Brasil, una veintena de habitantes de la Rocinha denunciaron haber sufrido torturas en las dependencias policiales en la favela.

A pesar de estos casos, el Gobierno de Río de Janeiro ha afirmado que va a mantener sin cambios la política de seguridad que aplica desde finales de 2008, mediante la cual ha expulsado a las bandas de narcotraficantes de numerosas barriadas pobres, donde después ha instalado las citadas UPP.

En estos casi cinco años, las autoridades han implantado 34 UPP, donde trabajan 8,592 policías y desde donde se patrullan 233 favelas cariocas.