Tremenda ganga fue lo que se llevó el consorcio Aerostar Airport Holdings (AAH) luego de que el gobierno de Puerto Rico le concediera a través de su programa de Alianzas Público Privadas (APP), el contrato de administración del Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín (AILMM) por un período de 40 años.

Bajo esa premisa se expresó el planificador y también candidato a representante por el Movimiento Unión Soberanista (MUS), José Rivera Santana, en torno al anuncio hecho el jueves por el gobernador Luis Fortuño, junto a ejecutivos de la empresa mexicana Grupo Aeroportuario del Sureste (ASUR), la cual figura a la cabeza del mencionado consorcio que pone el principal aeropuerto de la isla a disposición de manos privadas.

Según Rivera Santana, no es cierta la información provista por el gobierno de que la ganancia de $2,573.5 millones que se estaría generando como resultado de la oferta presentada por AAH, será lo más conveniente para las arcas del país.

‘Los criterios de la empresa administradora serán estrictamente gerenciales y de ganancia. El aeropuerto es la principal fuente de ingreso de la administración pública; no tiene ganancia negativa, ya que genera entre 80 y 90 millones anuales. Proyectado a 40 años, las ganancias que genera el aeropuerto actualmente sobrepasan las ganancias proyectadas por el gobierno y la compañía privada que lo administrará. El aeropuerto en manos del pueblo de Puerto Rico estaría generando $3,600 millones a 40 años (contrario a los $2,573.5 anunciados)’, sostuvo Rivera Santana en entrevista el viernes con NotiCel.

En términos de infraestructura y lo que genera para la economía isleña, el candidato del MUS dijo que el aeropuerto internacional localizado en el municipio de Carolina recibe el 80% de los pasajeros y el 63% de la carga aérea en Puerto Rico. Explicó también que tanto el flujo de personas, como la proyectada ganancia de $3,600 millones en 40 años podrían crecer con el esperado aumento de tráfico aéreo ahora que el aeropuerto fue designado como ciudad focal por la empresa de vuelos Jet Blue.

‘Todo eso sucedió con el aeropuerto estando en manos del pueblo de Puerto Rico. Obviamente, el gobierno utilizó la vieja estrategia de abandonar el mantenimiento y plan de mejoras al aeropuerto para así poder justificar su privatización’, sostuvo Rivera Santana.

‘Estamos entregando la joya de la corona’, exclamó el candidato a la Cámara de Representantes, en torno a la venta de lo que él considera como un valioso patrimonio desde el punto de vista económico.

Asimismo censuró que el contrato se haya concedido en un período tan extenso como el de 40 años. Dijo que en ningún lugar de Latinoamérica se conceden contratos privatizadores más allá de los 25 años. Criticó, además, que se le esté dando completo dominio al consorcio AAH, cuando otros modelos similares de APP en el mundo, le dejan al gobierno la principal responsabilidad administrativa de la infraestructura en cuestión.

Añadió también que las comparaciones entre el AILMM y el Aeropuerto Internacional de Cancún no son válidas, aún cuando este último es también administrado por la empresa ASUR.

‘El de Cancún no es el aeropuerto principal de México, y México tiene muchos aeropuertos internacionales. Puerto Rico sólo tiene el Luis Muñoz Marín que no tiene sustituto. No se compara lo que representó privatización en Cancún con lo que representa privatización del nuestro. En México ese aeropuerto es 51% propiedad del gobierno mexicano; en el Luis Muñoz Marín, el gobierno no tiene ninguna participación’, declaró Rivera Santana.

Finalmente, el planificador de profesión alertó sobre el posible efecto multiplicador negativo que la privatización del AILMM pudiera tener sobre el bolsillo del puertorriqueño y la incentivación del turismo, por vía de la transportación aérea hacia y fuera de la isla.

‘La experiencia con este tipo de privatizaciones es que la empresa privada administradora aumenta costos de concesiones, estacionamientos y otros renglones que el privatizador ve importante para aumentar la ganancia. Las líneas aéreas van a transferir esos costos al costo del pasaje de avión y eso no ayuda a nuestra economía’, concluyó.