Los cinco canasteros que protagonizaron un incidente de indisciplina el pasado miercoles durante el partido entre los Capitanes de Arecibo y los Mets de Guaynabo recibieron suspensiones y multas por parte del Director de Torneo del Baloncesto Superior Nacional (BSN), Lic. Fernando Quiñones.

El delantero venezolano Windi Graterol, de los Capitanes, quien inició la cadena de sucesos al agredir al pivot Daniel Santiago, recibió la sanción más fuerte con cuatro juegos de suspensión y una multa de $2,000.00.

El delantero panameño de los Mets, Jaime Lloreda, y el escolta de los Capitanes, Carlos Escalera, fueron suspendidos por dos partidos y multados ambos en $2,000.00, mientras que Santiago recibió un partido de suspensión y una multa de $2,000.00

Luego de recibir el informe de los árbitros y de estudiar el video del partido, Quiñones indicó en su resolución que Graterol agredió a Santiago en la cara sin intención alguna de pegarle a la bola; que Santiago repele la agresión y a su vez golpea a Graterol y lo lanza contra las vallas publicitarias; que Escalera entra y patea a Santiago en el suelo y que Llloreda patea a Escalera luego de no poder alcanzarlo con un puño.

Otro jugador, Rafael Rivera, de los Capitanes, quien salió del banco para agarrar una silla de ‘manera desafiante’, recibió dos juegos de suspensión y una multa de $250.00.

Quiñones explicó que a pesar de que las sanciones aplicables contemplan suspensiones de dos partidos y multas de $2,000.00, en los casos de Graterol y Santiago fueron tomados en consideración los agravantes y atenuantes: en el caso del primero recibió un juego de suspensión adicional porque fue quien inició la reyerta y otro por ser reincidente, mientras que a Santiago, por el contrario, se le redujo un juego de castigo porque su agresión fue en respuesta a la agresión que recibió.

Todos los jugadores involucrados fueron colocados en un periodo de probatoria por lo que resta de la temporada, y Quiñones informó además que quedó pendiente una multa de $250.00 a cada uno de los jugadores que abandonaron el banco y que no han sido identificados todavía.