Motivados por igual Capitanes y Leones ante insultos y reyertas de la fanaticada
Sea por pasión, costumbre o consumo excesivo de alcohol, no cabe duda que los insultos y reyertas en las gradas durante las series finales del Baloncesto Superior Nacional (BSN) son bastante comunes.
Por tal razón, no solo las autoridades se han preparado para lidiar hasta con agentes de la División de Operaciones Tácticas con cualquier incidente que pueda ocurrir en los juegos, sino que los jugadores que compiten sobre el tabloncillo han tenido que desarrollar cuero duro para soportar los ataques.
Así lo explicaron cuatro de las estrellas de esta Serie Final 2015, dos Capitanes y dos Leones, quienes en entrevistas con NotiCel aclararon que pese a darle poca importancia, han aprendido a manejar con la agresiva dinámica que en ocasiones impera en las canchas durante los juegos.
El armador ponceño Carlos Rivera fue uno de los que confesó tenerle sin cuidado las actitudes del público dejando claro que, 'donde quiera que he ido, se ha hecho. No me gustaría que pasara, pero allá ellos'.
Aunque está claro que son pocos los que suenan la nota discordante, Rivera aceptó que hay espacio para el cambio.
'Seguro, yo creo que sí (debe haber un cambio), especialmente cuando hay jugadores que cuando no tienen la camisa del equipo, se ponen una camisa de Puerto Rico y nos representan como Isla y como ciudadanos. Faltarles el respeto (a los jugadores), yo creo, no hay espacio para eso', dijo el armador de 32 años de edad.
'Hay que dejar los problemas a un lado. Hay demasiados problemas en este País como para traer más en una Serie Final, un momento tan bonito en el baloncesto', sentenció Rivera.
Por su parte, el capitán Renaldo Balkman, aseguró no le afectan negativamente los insultos dirigidos a él y su equipo.
'Personalmente, a mi me motiva que me griten y que hablen. Me motiva a jugar mejor porque cuando ganamos el juego puedo decirles 'no debiste decir lo que dijiste'. Yo soy el tipo de persona que soy un rebelde. Soy fuerte con las cosas que digo pero, a la vez, todos me quieren', recalcó el delantero de Arecibo en tono jocoso.
Para Balkman, la dinámica que se da entre el público es normal. 'Es parte del juego. Por eso tenemos una cancha propia y ellos también. Si no fuera (por el público), probablemente no habría un Torneo tan fuerte como este. Al final del día, sigue siendo un juego de baloncesto, sigue siendo un deporte, y lo hacemos por ellos', explicó el neoyorquino de 31 años de edad.
No obstante, aclaró que debería haber un límite, pero en última instancia, 'todo el mundo se porta bien porque el balance es que te van a arrestar y te echarán en prisión. Es un esto-por-aquello. A nosotros nos insultan (en Ponce), a ellos los insultan (en Arecibo). Quizás no les guste pero eso es parte del juego'.
Otro de los que tildóla agresividad como 'parte del juego' fue el alero de Ponce, Ángel Vasallo, a quien le tiene sin cuidado lo que pueda hacer el público durante los juegos.
'Yo no le presto mucha atención a eso. No es de importancia. Mi trabajo es jugar baloncesto. Lo que estén haciendo los fanáticos entre ellos, pues, eso es parte de las rivalidades.Uno puede decir que se ve mal pero como yo digo, eso es allá la fanaticada. Honestamente, hay veces que pasan revoluses [sic] y yo estoy enfocado en el juego, no me estoy dando cuenta de las cosas que pasan', contestó el jugador de 29 años de edad a preguntas de este medio.
Vasallo sí enfatizó que 'la Liga tiene que tomar responsabilidad con eso porque no tiene que ver con nosotros los jugadores. Si (expulsar a los revoltosos) es la iniciativa, bien por ellos. Si (la Liga) entiende que esa es la forma más saludable y segura de hacerlo, bien por ellos. Ellos sabrán qué hacer'.
Por último, otra de las estrellas de Arecibo, David Huertas, adjudicó las peleas a la cultura competitiva y orgullosa del puertorriqueño de a pie.
'Todo el mundo quiere ganar, el fanático se siente parte de esto y, a veces, creo que se lo toman un poco personal. Obviamente, nosotros (los jugadores) lo tomamos personal porque es nuestro trabajo y queremos ganar. Creo que está un poco demás pero, gracias a Dios, no ha pasado nada lamentable', explicó el escolta de 29 años de edad.
Según contó, aprendió a usar los ataques como motivación para ser mejor jugador. Igual que su compañero Balkman, Huertas piensa no hay mejor momento que callar a los fanáticos del equipo contrario al dar una buena ejecución en la cancha.
'Hay que tenerlo (el cuero duro), hay que estar mentalmente preparado. El deporte es algo que uno ama y tiene que aprender a vivir (con los insultos). Siempre habrá un problema aquí y allá pero así son los fanáticos', concluyó el escolta Capitán.