Recorridas 375 millas alrededor de toda la Isla, unos 500 ciclistas de 20 países llegaron a la meta en la tarde del domingo luego de cruzar por 42 municipios a puro pedal, durante la celebración de La Vuelta Puerto Rico 2015.

Al son de bomba y plena, los tres pelotones en que se dividían los valientesque completaron la hazaña fueron recibidospor amigos y familiaresfrente al Cuartel de Ballajáen el Viejo San Juan, donde se confundieron entre abrazos, llanto y celebración al completar unreto que, paratodos los participantes, fue unodificultoso tanto física como mentalmente.

Algunos hicieron el rodaje, que comenzó en la madrugada del viernes frente al Teatro Tapia en la antigua ciudad, con aras de practicar para futuros eventos. Otrossólo lo hicieronpor gusto y ganas, junto a amigos o seresqueridos.

Ambas razones las tenía Robert Lea, uno de los ciclistas de mayor edad en participar de La Vueltay residente de Washington DC. Junto a suesposaTracyy su hijoSyd, el psicólogo de 72 años de edad hizo el trayecto por segundo año consecutivo, corridas que describiócomo maravillosas.

'Es una gran manera de alejarse del frío del invierno del medio Atlánticoy acumular millaje para nuestra temporada de carreras. Ya he corrido bicicleta por más de 50 años y La Vuelta es de los eventos más maravillosos en el que haya participado', dijo Lea.

Su hijo, de30 añosde edady diagnosticado condiscapacidad intelectual,también es atleta.Sin embargo, ésto no es razón para que no participe de eventos de esta magnitud. En su carreracomo ciclista, ha logrado 7 medallas en las Olimpiadas Especiales.

Robert Lea si reconoció, en tono de broma, que paracorrer en La Vuelta'hay que estar loco', pero aseguróquecualquiera que la intente, la amará.

Otro que piensa que para hacer semejante recorrido hay que estar un poco chiflado es Craig Edwards, un policía de la ciudad de Newark yávidociclista, quien completó las 375 millas junto a otrostres compañeros de trabajo.

'(Lo hice) porque estoy loco. Me encantan los retos y éste lo hice junto a un tremendo grupodepersonas. La corrida es asesina pero tienes que hacerla porque te cambia la vida', dijo el oficial, quien se enteró del evento gracias a suamiga y compañera ciclista María Lebrón.

Lebrón es la puertorriqueñadel grupo y fue la que insistió en ir 'en corillo'. ' Nosotros también hacemos la vuelta desde Nueva Jersey hasta DC, que son 375millas. Parecido pero con frío. Nosotros hacemos esa carrera para oficiales caídosen la línea de servicioyésta es la práctica', explicó Lebrón, quien añora por ver más puertorriqueños participando de dicha bicicletada ya que, según entiende, ella es la únicaboricuaque la hace.

Para la mujer policía radicada en Nueva Jersey hace 27 años, poder ver su Isla como nunca ha podido es la única motivación necesaria para correr La Vuelta Puerto Rico.

El hito de la tardefuecuando Wilfredo Géigel,quien a sus 73 años de edad fue el ciclista de mayor edad encompletar el reto, llegó a la meta. Justo al cruzarla, fue recibido por su esposa AlmaSimounet, con la que se abrazó fuertementey junto a quien brotó una que otra lágrima, ambos abrumados por el orgulloy sentido de logro. A la vez, eran decenas de corredores los que se tomaron un momento para aplaudir al caballero por completar el maratón.

'Es un reto conmigo mismoestar con toda esta juventud y competir a nivel de ellos.El mérito y el reconocimiento que he recibido de la juventud ha sido fascinante.Tengo el apoyo de mi esposa, unentrenador excelente (Ángelo Delgado),quien se ha asegurado que yo pueda y a él le debo este triunfo. Pero lo más grande fue llegar aquí y que (mi esposa) me recibiera', dijo Géigel, visiblemente cansado.

'En Dorado, que fue la ultima parada, se veía bien cansado. Yo le dije ‘tu estás seguro?,quieres que te ayuden?' y dijo que no. ‘Yo lleguéaquíy tengo que terminar, aunque llegue último, yo llego'', recontó Simounet.

Pero como describió el también abogado de profesión, 'no hay retiro en mi futuro'.

En contraste,Xavier Santana Rodríguez, de 20 años de edad, fue uno de los corredoresmás jóvenes enparticipar. Claro está, su edad y condición física le permitió hacer el trayecto sin mayores contratiempos. Incluso, según uno de los choferes del vehículo líder del pelotón A, en ocasiones tenían que acelerar para evitarque Santana losrebasara por su velocidad al pedalear.

Para el estudiante de biología la Universidad Interamericana deCupey, no hay muchas palabras que describan la experiencia vivida en La Vuelta. '(Fue) increíble. Había preguntado como era y me dijeron que era ‘dura, dura'pero que valía la pena siempre. Los paisajes de Puerto Rico, que nunca había visto, fue una experiencia brutal. No vuelvo a faltar', sentenció el atleta detriatlón.

'Las 80 millas de ayer fueron (las más) dolorosas.Me siento bien pero se que cuando llegue a casa me voy a bañary voy a coger esa cama, a dormir', recalcó Santana, con una sonrisa que evidenciaba su satisfacción por llegar hasta el final.

Otrojoven que completóla hazaña fue Ricardo ‘Riquito' Morales, también de 20 años de edady quien se ha coronado como campeón nacional Sub-23 y campeón nacional

elite en bicicleta de montaña y calle(camella). Además, participó en los Juegos Centroamericanos como parte de la delegación boricua.Según Morales, 'Volvemos (el año que viene). Me gustó mucho la dinámica de cómo se lleva la ruta, pasó por sitios que nunca había pasado'.Como indicó, la clave para hacer La Vuelta hasta al final es la dedicación y soñar en grande, acción que para muchospudiera rayar en la locura. Pero eso no importa. Como ya dijeron otros competidores anteriormente, para tirarse La Vueltahayque estar un poco loco.El primer tramo del evento comenzóel viernesdesde San Juan hasta Ponce vía Fajardo y Maunabo, cubriendo un total de 150 millas.El sábado los ciclistas rodaron 80 millas desde Ponce hacía Mayagüez vía Yauco y Cabo Rojo. Hoy, domingo, los atletas cubrieron 130 millas desde Mayagüez hasta el Viejo San Juan, finalizando en el Cuartel de Ballajá a eso de las 5:30 de la tarde.