Nadal ajusta cuentas con Rosol
El español Rafael Nadal, número uno del mundo, remontó este jueves un complicado partido de segunda ronda de Wimbledon ante el checo Lukas Rosol, su verdugo hace dos años en esta misma fase, y se acabó imponiendo por 4-6, 7-6 (6), 6-4 y 6-4, en dos horas y 44 minutos.
Nadal llegó a salvar una bola de set en el segundo parcial que habría dado alas al checo, 52 de la ATP, y selló su pase al tercer partido en Londres por primera vez desde 2011, tras haber caído el año pasado ante el belga Steve Darcis, en el primer duelo del torneo, y en 2012 ante Rosol.
Al español, que aspira a conquistar su tercer Wimbledon, le espera ahora el kazajo Mijaíl Kukushkin, número 63 del mundo, un diestro al que nunca se ha enfrentado sobre hierba (le ganó sin complicaciones en Montecarlo hace dos años y en Bangkok, en 2010).
La central del histórico All England Club, una institución puntillosa con las tradiciones hasta el detalle, lucía esta tarde idéntica al 28 de junio de 2012, cuando la rodilla de Nadal dijo basta ante Rosol y el entonces número 100 del ránking eliminó por sorpresa al mallorquín, que no volvió a las pistas hasta siete meses más tarde.
Nadal, que el martes arrastró dudas al servicio al inicio del duelo de primera ronda ante el eslovaco Martin Klizan, abrió hoy el partido con un golpe de autoridad y se llevó el primer juego en blanco, si bien más tarde volvería a vacilar al saque.
El público británico aplaudió con entusiasmo los primeros puntos de Rosol, quizás animado por el morbo de que el ganador de 14 grandes torneos pudiera tropezar dos veces con la misma piedra.
Nadal, con su lesión de rodilla superada y las molestias en la espalda que sufrió en Roland Garros bajo control, ha recalcado este año que llega con fuerzas para optar al título en Londres, tras dos temporadas fuera de combate.
Con todo, la tarde no resultó sencilla para el español, que vio aparecer a los primeros fantasmas en la pista central a los 25 minutos de juego, cuando envió a la red la tercera bola de rotura que disfrutaba Rosol y le sirvió en bandeja el primer set a su rival.
A remolque del checo, que le arrinconaba al fondo de la pista al resto, Nadal quizás trataba de encontrar moral en recuerdos de otras remontadas que ha firmado en el All England Club.
En 2010, cuando ganó su segundo Wimbledon, el mallorquín se sobrepuso a dos sets en contra ante el holandés Robin Haase en segunda ronda y a otros dos parciales desfavorables frente al alemán Philipp Petzschner, en tercera.
Sobre el papel, Nadal todavía tenía margen de error, aunque en la hierba las sensaciones parecían regir sobre las estadísticas y Rosol no dejaba de amedrentar al español en todas las facetas del juego.
El checo le colaba con facilidad saques directos al número uno del mundo y le restaba con firmeza para colocarse con una ventaja de 4-2 en el segundo parcial.
Asomado al abismo, Nadal reunió todas sus fuerzas, esas que no le faltan este año en Londres, según ha insistido en la sala de prensa, para romper por primera vez el servicio de su rival y equilibrar el segundo set.
Con los nervios templados, el número uno salvó en el desempate una bola de set que habría supuesto un 2-0 casi insalvable, y esperó a que su rival, menos experto en situaciones límite, dejara escapar el parcial con una inoportuna doble falta.
Superado ese precipicio por el que amagó con despeñarse, Nadal volvió a tomar altura y se convirtió en un gigante insuperable para Rosol.
Aclimatado a la pista y a su rival, Nadal encaró con solvencia el tramo final de un partido en el que el checo dio un último susto con una bola de ruptura que no llegó a cuajar.