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'No hitter' de Clemens al gobierno federal

La lucha del gobierno federal de Estados Unidos contra el consumo de sustancias prohibidas por parte de los deportistas profesionales sufrió otro duro revés cuando un jurado en Washington encontró 'no culpable' de perjurio al exlanzador del béisbol profesional de las Grandes Ligas Roger Clemens.

El ganador de dos Series Mundiales con los Yanquis de Nueva York, que había sido acusado de haber mentido bajo juramento a una comisión del Congreso, en el 2008, quedó libre de todos los cargos legales, lo que no quiere decir que durante su carrera profesional no se dopase.

Los expertos juristas recuerdan que el término de 'no culpable' no quiere decir que sea inocente, pero los miembros del jurado que siguieron el juicio durante diez semanas, sólo necesitaron diez horas de deliberaciones para dar su veredicto.

El desenlace pone fin a una costosa investigación federal de cinco años sobre uno de los más grandes lanzadores en la historia de las Grandes Ligas, que también evitó el ir a la cárcel, como anteriormente consiguió el rey de los jonrones Barry Bonds.

Clemens, de 49 años, fue acusado de perjurio, al hacer declaraciones falsas y obstruir las acciones del Congreso cuando testificó en una deposición y luego en una audiencia televisada a nivel nacional en febrero de 2008 sobre el dopaje en las Grandes Ligas.

Los cargos se centraron en sus repetidas negaciones de haber usado esteroides y la hormona de crecimiento humano durante su trayectoria de 24 temporadas en las Grandes Ligas.

Aunque el propio entrenador personal de Clemens, Brian McNamee, declaró ante el jurado que él mismo le puso las inyecciones de la hormona de crecimiento humano y guardó las jeringas con las que lo hizo, el gobierno federal volvió a sufrir un gran revés legal en cuanto a la persecución de los deportistas que se dopan.

El gobierno federal tampoco pudo encontrar culpable al exciclista Lance Armstrong, otro tejano como Clemens, después de dos años de investigación y un juicio que se siguió en Los Ángeles.

Ahora la Agencia Antidopaje de Estados Unidos (USADA, por sus siglas en inglés) ha acusado formalmente a Armstrong de participar en un programa de sistemático de dopaje, lo que podría costarle la perdida de los siete Tours de Francia que ganó.

La USADA presentó quince páginas de cargos contra Armstrong en los que establece que usó la hormona EPO, transfusiones de sangre, testosterona y corticoides entre 1998 y 2011, junto a otros compañeros de los equipos con los que competió.

Nada más conocerse el veredicto, Clemens y su familia se abrazaron en la sala del juzgado, mientras que la única que mostró algo de emoción fue su esposa Debbie Clemens, que sí admitió que McNamee le inyectó la hormona de crecimiento humano, al secarse ligeramente los ojos con un pañuelo.

Clemens, de 49 años, ganador de siete premios Cy Young y 354 victorias como lanzador ha negado haber utilizado esteroides y la hormona de crecimiento humano a finales de la década de los noventa y principios del 2000.

Sin embargo, su excompañero de equipo en los Yanquis y los Astros de Houston, Andy Pettitte, que admitió haber utilizado dos veces la hormona de crecimiento que le inyectó el propio McNamee, dijo que fue Clemens el que le orientó que su uso le ayudaría a recuperarse de una lesión.

'Me arrepiento de todo corazón haberme inyectado la hormona de crecimiento humano, no me ayudó para nada y he tenido que pasar por todo este proceso legal', declaró Pettitte, que estuvo como testigo federal.

La declaración de Pettitte, que en principio admitió que Clemens le había dicho que utilizó la hormona de crecimiento humano, al ser interrogado por los abogados de la defensa también reconoció que pudo haberse equivocado y que no estaba seguro al ciento por ciento.

Al margen del veredicto legal, los aficionados al béisbol profesional y periodistas que siguen el deporte pasatiempo nacional ya tienen a Clemens entre los deportistas 'marcados' por la 'duda' de haber utilizado sustancias prohibidas durante su carrera.

A Bonds, que fue investigado durante siete años, tampoco lo encontraron 'culpable' de consumir sustancias prohibidas, pero su nombre junto con las de otras exestrellas del béisbol profesional como Mark McGwire y el dominicano Sammy Sosa, que compitieron por la marca de jonrones tienen puesto el asterisco de la 'sospecha'.

Clemens podrá medir el efecto real de la imagen que tiene entre los aficionados y periodistas que cubren la competición de las Grandes Ligas cuando el próximo año entre por primera vez en la lista de la votación para ser elegido al Salón de la Fama.

El propio Clemens admitió durante su audiencia ante el Congreso en febrero del 2008 que al margen de lo que se pudiese discutir su nombre nunca quería 'limpio' de la duda del dopaje.

El exjugador de béisbol Roger Clemens, acusado de mentir al Congreso de Estados Unidos sobre su posible consumo de esteroides cuando estaba en activo. (EFE)
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