Son muchos los placeres de París, o para mi demasiados. Tantos, que nunca alcanzas a ver o saborear ni una mínima parte de todo lo que te ofrece esta ciudad tan trilladamente llamada Ciudad Mágica o Ciudad Luz.
Pero, cuánta verdad hay en esa frase?
Podría hacer innumerables viajes de manera temática. Por ejemplo, un viaje sólo para deleitarme con la belleza e historia de sus puentes, otro sólo para visitar sus majestuosos e interesantes cementerios, uno adicional sólo para regodearme por sus parques y plazas, y aún otro más para visitar museos… y así la lista podría ser interminable igual que las visitas a París.
Pero para hacer embocadura, en esta ocasión podríamos comenzar con la deliciosa tarea de explorar sus pastelerías. En cada esquina te encuentras con una extensa variedad y calidad de exquisiteces, presentadas con gran elegancia y originalidad.
Puedo empezar con lo más emblemático: las crepas. La crepa es una masa ultra fina hecha a base de harina de trigo, leche y huevo, rellena de ingredientes que bien pueden ser salados o dulces.
Las mejores las puedes encontrar en Montparnasse, Saint Michel y la calle Mouffetard. Aquí enlace del peculiar Mercado de Mouffetard.
Mis favoritas? Las preparan los creperos de la calle. Cuáles? Pues las más sencillas, las rellenas de azúcar y mantequiila y las de dulce de leche que casi nunca aparecen en el menú.
Advertencia: comerlas con frecuencia puede causar un gran rollo en tu cintura.

Luego puedo pasar a los macarons. Son originales de Italia, pero adquirieron su fama en Francia. Parecen unos mini sandwiches hechos con clara de huevo, azúcar y crema de almendra rellenos de crema o ganache.
Aunque los puedes conseguir en casi todas las pastelerías, Laduree es considerada como la cuna de los macarons en París.
También son muy recomendables los de Dominique Saibron (premio a la mejor pandería en 2011).
Advertencia: contemplar una vitrina de macarons te invita a comprarlos todos, aunque no te gusten.

No puedo dejar de mencionar el famoso brioche o pan de yema. Es un bizcocho a base de huevo, levadura, leche, mantequilla y azúcar. Se puede rellenar y se asemeja mucho al roscón español.
También se obtiene en distintas pastelerías y cafés, pero comerlos en Artisan Boulanger garantiza una experiencia que embriaga o en Lenotre.
En una onda más local y económica, puedes visitar Patisserie Carette en la place de Vosgues en el distinguido barrio Le Marais.
Advertencia: manos a la masa y no se puede parar.

Podría continuar con el pain au chocolat, las madeleines, la tarte tatin y muchos otras delicias, pero esas te toca descubrirlas a ti y compartirlas con nosotros.
Termino con una nota cordial refiriéndome al aperitivo o digestivo Kir Royal, una mezcla de champagne o vino espumoso con crema de cassis. Que no te confundan con vino blanco. Nada como sumergirse en las burbujas!
Y ahí te lo dejo…
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