A más contratos en el Gobierno más corrupción

La restauración de la confianza ciudadana tras el amplio historial de corrupción que tiene la clase política puertorriqueña solo es posible con una participación ciudadana en el proceso de rendición de cuentas y con la verdadera transparencia del liderato gubernamental.

Para la Dra. Eileen Segarra, de la Universidad de Puerto Rico Recinto de Río Piedras (UPRRP), en ese proceso de reformar las instituciones de gobernanza se debe aumentar la participación ciudadana y permitirle conocer de cerca cómo funcionan los procesos para que se pueda fiscalizar con mayor eficacia.

‘Creo que en ese sentido, los movimientos de ahora son muy positivos. Las asambleas de pueblo son vehículos que aumentan participación ciudadana en esos procesos, y si el gobierno se abre a esa participación ciudadana, se puede lograr mucho’, dijo durante la asamblea anual de la Asociación de Economistas de Puerto Rico, en la que participó como panelista en la mesa ‘Restaurando la confianza, enfoque económico multifacético en contra de la corrupción’.

‘La única manera es si el ciudadano entiende las transacciones que se están dando. Pero la transparencia es importante para que puedan estar al tanto de lo que está ocurriendo. Soy creyente de que, si queremos mejoría, necesitamos reestructurar la gobernanza en Puerto Rico y ver las mejores prácticas de rendición de cuentas en otros lugares para ponerlas en práctica acá. Para eso se necesita voluntad política’, dijo Segarra.

Durante su presentación, la doctora trajo un proyecto para análisis de datos de la Oficina del Contralor, realizado hace varios años, que aún le parece muy relevante. En dicho proyecto se utilizaron los datos de los informes del Contralor para establecer índices de mal uso de fondos públicos, sumado a entrevistas a empresarios y entrevistas a empleados del sector público con lo que se obtuvo información bastante amplia de patrones y la modalidad en que se da la corrupción.

‘Mucha de la corrupción se nutre de la relación entre sector privado y sector público. En la medida en que se dan más contrataciones, tiende a aumentar la corrupción. Entre los factores que abonan a la corrupción se encuentra el crecimiento económico, porque con más crecimiento económico, hay más contrataciones. La llegada de transferencias federales al gobierno, también está asociada a más corrupción, y la influencia político partidista, encontramos evidencia de empresarios que reconocen que se paga por ciertos privilegios y acceso, así que está muy vigente’, detalló Segarra sobre el proyecto.

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Mientras, la economista Indira Luciano, destacó la manera como la ciudadanía carga con el mayor peso de la corrupción sin limitarse al factor económico.

‘El costo relacionado a la corrupción se ve como un impuesto que pagamos todos, porque, al final, lo pagamos en un sobreprecio de los servicios de los costos del gobierno. Al corrupto se le paga lo que es el soborno y ese soborno se tiene que sumar al servicio del producto o del proyecto que se esté haciendo, por contratación, por lo que encarece los servicios que da el gobierno’, mencionó Luciano.

‘Además de eso, retira o redistribuye fondos, porque el gobierno se ve obligado a que, si va a pagar un sobre-precio por un servicio y contrataciones, le quita entonces ingresos a otras áreas, como puede ser la educación, salud… que son prioritarias. Entonces, la corrupción termina teniendo un efecto individual, de ingreso individuales, pero tiene un costo, que es el reducir el bienestar social. Ese costo y esa reducción de bienestar social es el impuesto que nosotros pagamos y le llamamos el impuesto de la corrupción. Y lo pagamos todos, porque pagamos más por los servicios, porque terminamos recibiendo servicios de menor calidad’, abundó la economista.

Luciano coincidió en que la gestión ciudadana es fundamental para llegar a un proceso de fiscalización justo y transparente que pueda conducir a una restauración de confianza en el gobierno.

‘Esa confianza se puede retomar si nos involucramos como sociedad todos y logramos la transparencia. Que el combatir sea compartido, que se incluyan organizaciones civiles en el manejo de transparencia. Que el ciudadano común sepa cómo utilizar las herramientas para que llevemos nosotros mismos una evaluación de cómo se manejan los procesos’, concluyó.

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