Pablo Casellas Toro, convicto por el asesinato de su esposa, permanecerá confinado en aislamiento, o ‘solitaria’, hasta el inicio de su juicio federal por mentir a un agente, cuya fecha de comienzo quedó fijada para el 7 de abril de 2014, determinó un juez federal.

De esta manera, el juez Joseph R. Goodwin rechazó la petición de la defensa de Casellas, el abogado Francisco Rebollo, para que el también hijo del juez federal Salvador Casellas saliera de aislamiento, pero también rechazó la petición de la fiscalía para posponer el juicio.

Cuando la fiscalía federal solicitó la posposición del juicio, Rebollo utilizó el mismo argumento de la salud mental de su cliente para oponerse.La solicitud para posponer se fundamentó en la necesidad de transcribir y traducir las declaraciones de al menos 10 testigos en el caso estatal, por la posibilidad de que el caso sea cambiado de jurisdicción, y porque el fiscal tiene que atender otro juicio criminal.

‘Encuentro que el Gobierno no ha establecido que los fines de la justicia servidos concediendo la posposición estén por encima el mejor interés del público y del acusado de tener un juicio rápido’, dijo el juez.

En la moción de cambio de condiciones de encierro, Rebollo había dicho que el aislamiento podría deteriorar las condiciones mentales de su cliente, y que eso podría incidir sobre su capacidad para entender los procesos y defenderse, pero esto no movió al juez.

El pasado 6 de febrero,Casellas Toro, fue sentenciado a 109 años de cárcel, de los cuales tendrá que cumplir un mínimo de 35 años naturales, por el asesinato de su esposa. Al día siguiente tuvo su primera vista a nivel federal, en la cual se declaró no culpable por mentir a un agente.