La Flotilla de la Libertad III vio esta madrugada frustrado su intento de romper por mar el ferreo bloqueo israelí impuesto sobre la franja de Gaza cuando comandos de la Marina de Israel abordaron a cien millas de la costa al Marianne, su principal embarcación.

En torno a las dos de la madrugada los organizadores anunciaron haber perdido la conexión con los tripulantes de las cuatro embarcaciones, que días atrás partieron desde varios puertos europeos hacia el enclave costero palestino sellado por tierra, mar y aire por Israel, con el apoyo de Egipto, desde hace ocho años.

Los barcos transportaban, según la campaña internacional Rumbo a Gaza, paneles solares para paliar los daños de los constantes cortes eléctricos, además de material médico.

‘Estábamos tranquilos porque estaban a 105 millas de la costa de Gaza. Les han asaltado en las cien millas, otras veces no se acercaron (a los barcos) hasta las 40’, relató a Efe por teléfono desde España Manuel Espinar, uno de los portavoces de la iniciativa.

Según Espinar, desde horas antes del corte de las comunicaciones embarcaciones militares y aviones de reconocimiento israelíes vigilaban de cerca el rumbo del convoy.

Los tres veleros que acompañaban al Marianne, el Juliano II, Rachel y Vittorio (todos ellos con los nombres de activistas propalestinos muertos), se retiraron y dieron la vuelta.

‘Una vez más Israel no ha cumplido con las normas de la ley internacional, asaltando un barco pacífico y civil en aguas internacionales como si fueran piratas’, denunció Espinar y acusó al país de extender el bloqueo hasta la zona donde el barco había sido interceptado.

‘Es una vulneración del derecho internacional’, sentenció.

Además, subrayó, ‘también condenamos la complicidad de nuestros gobiernos, es una vergüenza que se permita la piratería en aguas internacionales de esta manera’.

Días atrás Israel ya había anunciado que impediría la llegada de los barcos y el primer ministro, Benjamin Netanyahu, advirtió al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, de que el bloqueo se mantendría ‘en cualquier situación’.

Los activistas defendieron en todo momento que se trataba de una iniciativa pacífica y que responderían sin resistirse a cualquier intento, como el que al final se hizo con el control del Marianne esta madrugada.

‘Después de agotar todos los canales diplomáticos, el Gobierno israelí ordenó a la Marina que redirigiera el barco para impedir la ruptura del bloqueo naval’, informó el Ejército en un comunicado.

En la nave interceptada viajaban el expresidente tunecino Moncef Marzouki, el diputado palestino con nacionalidad israelí Basel Ghatas y la española y miembro del parlamento europeo Ana Miranda (en este momento sin escaño), además de otros quince artistas, periodistas y tripulación.

En estos momentos, la embarcación está siendo trasladada al puerto marítimo israelí de Ashdod, a unos 40 kilómetros al norte de la franja, donde se espera que sus ocupantes lleguen entre hoy y mañana y sean detenidos y deportados a sus países de origen desde el aeropuerto internacional de Ben Gurión, a las afueras de Tel Aviv.

‘Me gustaría felicitar a los marineros y comandantes de la armada israelí por su decidida y eficiente acción en detener a los pasajeros del barco que ha tratado de alcanzar la costa de Gaza contraviniendo la ley’, afirmó Netanyahu, para quien la flotilla es ‘una demostración de hipocresía y mentiras que tan solo ayuda a la organización terrorista Hamás’.

El primer ministro defendió que la detención del barco se hizo ‘de acuerdo a la ley internacional’ y sugirió a los activistas que, en lugar de viajar a Gaza, lo hagan a Siria a combatir un régimen ‘que ha masacrado a 300,000 personas’ con la ayuda de Irán.

Hamás calificó la intervención israelí de ‘secuestro’ e instó a la comunidad internacional a asumir la responsabilidad de un bloqueo que pesa sobre 1.8 millones de personas que habitan uno de los lugares más densamente poblados del mundo.

Más que transportar ayuda humanitaria, el objetivo principal de esta iniciativa era el de exponer los dañinos efectos del bloqueo y reclamar a la comunidad internacional que actúe para ponerle fin.

Se trata del tercer intento de este tipo después de la violenta toma por Israel en 2010 de la embarcación Mavi Marvara, en la que murieron nueve activistas (uno más años después por las heridas) y que derivó en fuertes críticas internacionales que forzaron a Israel a aliviar el bloqueo y permitir la entrada a la franja de bienes de primera necesidad.