La Justicia rusa rechazó hoy el recurso de casación contra la condena a dos años de cárcel de tres de las integrantes del grupo Pussy Riot, que fueron detenidas en marzo de 2012 tras su plegaria punk en el principal templo ortodoxo ruso.

‘No se cometieron violaciones fundamentales de la legislación penal y procesal que repercutieran en la marcha del caso’, informó hoy en un comunicado el Tribunal Municipal de Moscú, citado por las agencias locales.

El tribunal niega que existan motivos para conmutar la pena a Nadia Tolokónnikova, María Aliójina y Yekaterina Samutsévich, condenadas en agosto del pasado año por ‘gamberrismo motivado por odio religioso’.

‘Considero que el castigo designado es justo y proporcionado. Las conclusiones de los abogados sobre la inocencia de Tolokónnikova y Aliójina sobre la ausencia de delito en sus acciones no son convincentes’, señala la nota oficial.

El tribunal recuerda que el fallo alude a ‘una grave alteración del orden público y una clara falta de respeto hacia la sociedad’, a lo que contribuyó la difusión de la grabación de la acción de Pussy Riot en la Catedral de Cristo Salvador de Moscú.

Samutsévich también insiste en apelar la sentencia, pese a que fue puesta en libertad condicional dos meses después de la condena.

El marido de Tolokónnikova, Piotr Verzilov, adelantó que los abogados de las tres jóvenes han acordado recurrir el fallo de la corte moscovita.

Aliójina y Tolokónnikova fueron trasladadas el pasado año a penitenciarías en Perm (Urales) y la república de Mordovia, respectivamente.

Recientemente concedieron una entrevista a la publicación ‘Nóvaya Gazeta’ en la que Aliójina confesó que teme por su vida tras recibir amenazas de muerte de varias presas que cumplen largas penas por asesinato y tráfico de drogas.

Ambas jóvenes, que tienen hijos de corta edad, mantienen su inocencia e insisten en que su acción era política y no estaba dirigida contra los creyentes ortodoxos.

El presidente ruso, Vladímir Putin, ha respaldado en varias ocasiones la pena de cárcel, mientras el primer ministro, Dmitri Medvédev, considera que las jóvenes ya han pagado con creces su culpa.

El 21 de febrero de 2012 cinco jóvenes encapuchadas del grupo Pussy Riot escenificaron en la catedral durante menos de un minuto la plegaria punk.