Las actividades nocturnas que se celebran durante el Festival Deportivo de la Liga Atletica Interuniversitaria (LAI), además de reunir un mar de gente que desborda la Plaza de las Delicias en Ponce entre las noches del jueves a sábado, tienen a los pequeños comerciantes del área con los pelos de punta y los bolsillos vacíos.

Mientras decenas de hombres trabajaban el miércoles montando enormes tarimas, carpas y barras improvisadas de numerosas empresas de bebidas alcohólicas, NotiCel pudo entrevistar a varios dueños y encargados de negocios, quienes expresaron su descontento ante el negativo impacto económico que reciben esta semana.

La dueña de la tienda de ropa Zeno Fashion, Nelly Rivera, fue una de las que se mostró preocupada ya que ‘a nosotros nos representa pérdida. A la vez que cierran las calles, nosotros los comerciantes tenemos problemas. Nosotros no vendemos bebidas alcohólicas. Aquí lo que hay es ropa y trajes de fiesta y, en realidad, lo que tenemos es pérdida’.

Además, la propietaria también expresó que muchos de los que frecuentan la plaza no asisten a ella durante la semana de las Justas para evitar los tapones y el bullicio. ‘Piensan que esto es todo bebe lata cuando eso es por la noche. Tenemos que bajar horario a los empleados porque no hay ventas’, dijo.

Tal como Rivera, los demás comerciantes entrevistados también indicaron que el cierre temprano de las calles que rodean la plaza y la reducida clientela que llega una vez comienzan los preparativos para las festividades son los factores principales para la merma en ventas.

Margarita Soto, encargada de Grand Store, fue más allá al describir la actual situación como una ‘mortal’ para el negocio de ventas al detal que supervisa, más empeora una situación ya precaria debido a los altos costos operacionales.

‘La gente está más enfocada en lo que es el área (deportiva) y las actividades de por la tarde, no en lo comercial’, mencionó Soto, para añadir que son los negocios que expiden bebidas alcohólicas los que pueden sobrevivir.

Sin embargo, en el caso de Utopía, una tienda de ropa y ‘souvenirs’ que también cuenta con barra y cafetería, el hecho de vender bebidas alcohólicas durante el jolgorio nocturno no repone las pérdidas que sufren durante la semana de las Justas.

Según explicó Lis Ortiz, gerente de la tienda, ‘por el día no hay movimiento de gente, el pueblo lo cierran temprano y nadie puede entrar. Entonces, recurrimos a las bebidas alcohólicas para, de alguna manera, contrarrestar ese efecto. No llegamos a la meta pero recuperamos algo. Generamos como la mitad de lo que se genera en un fin de semana normal’.

Además, Ortiz criticó el hecho de que tenga que competir contra las grandes tarimas y barras que se erigen en el lugar, lo que agrava el problema para aquellos comerciantes locales que operan durante las fiestas.

Utopía, durante esas noches, no abre la tienda como tal sino que expiden bebidas desde la puerta. Así, evitan el robo de mercancía.

El descontrol de algunos de los que visitan la plaza también es un problema. Son muchos los comerciantes que han optado por colocar tormenteras o puertas de metal corredizas para evitar que les rompan los cristales de sus negocios o les roben la mercancía.

En el caso de El Coquí, otro comercio dirigido a turistas y ubicado frente al reconocido Parque de Bombas, hace dos años una de sus vitrinas fue destruída durante las actividades nocturnas.

De igual forma, el fuerte olor que permanece en la plaza días después de culminar el fiestón -a consecuencia del alcohol derramado y el orín en cada esquina- hacen de la situación una aún más desagradable para los que se ganan la vida en la Plaza de las Delicias.

Este panorama contrasta drásticamente con el presentado tanto por los organizadores de la LAI como por el municipio de Ponce, quienes en la última conferencia de prensa previo al inicio del Festival Deportivo, auguraron un impacto económico positivo de unos 8 a 9 millones de dólares para el área de Ponce.

Sin duda el impacto positivo se siente en, por ejemplo, los hoteles del área que están llenos ante la llegada de miles de atletas y fanáticos de todas partes de la isla, además de otros negocios como la Panadería La Nueva Modelo que, por su ubicación frente al estadio Francisco ‘Paquito’ Montaner, recibe mucha clientela durante el día.

Sin embargo, los pequeños negocios de la histórica plaza están pasando las de Caín para sobrevivir el fin de semana.