La Administración Central de la Universidad de Puerto Rico (UPR) evalúa la posibilidad de descartar el ofrecimiento de la beca presidencial por ser incompatible con el plan estrategico, presentado formalmente a finales del año pasado.

Según el nuevo vicepresidente de Asuntos Académicos, Juan Carlos Jorge, se discute la posibilidad de eliminar esta ayuda económica a raíz de la atención mediática negativa que obtuvo el año pasado con el escándalo que involucró la otorgación de estas becas a allegados de los directivos de la institución.

‘La pregunta que nos hacemos es, pues la beca presidencial sigue siendo un mecanismo deseable para la universidad, para mantener la renovación de nuestros profesores y la renovación académica? En realidad, parece que no es un mecanismo que es consistente con lo que hemos esbozado en el plan estratégico’, declaró el vicepresidente.

El año pasado salió a relucir que el entonces presidente de la UPR, Uroyoan Walker, autorizó esta ayuda a al menos tres personas que no reunían los requisitos para recibir la beca, pero que tenían vínculos con funcionarios del gobierno y de la UPR. Entre estos el licenciado Carlos Pagán, asesor del expresidente de la UPR, Antonio García Padilla; Arturo Ríos, exasesor de la Fortaleza y Mónica Sánchez, sobrina del expresidente de la Junta de Gobierno de la UPR, Jorge Sánchez.

El lío desembocó en las renuncias de Walker y Sánchez, como también en la paralización del ofrecimiento de esta beca.

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