Como colectividad, el Partido Nuevo Progresista no retará ante el tribunal el voto pivazo en esta elección.

El Partido Nuevo Progresista (PNP) dejará en manos de cada uno de sus candidatos la determinación de acudir a los tribunales para retar el conteo de los “votos pivazos”, pese a que fue esa colectividad quien único mostró preocupación sobre el efecto de este tipo de voto en las respectivas contiendas.

Desde el martes se dilucidaba en la Palma la manera de radicar pleitos judiciales sobre este tema, por entender que los pivazos —que para otros partidos es solo un voto mixto— tendrían un efecto en el recuento legislativo que se lleva a cabo en el Coliseo Roberto Clemente. Hasta el momento, se vislumbra que el PNP perdería su mayoría en la Cámara de Representantes y en el Senado.

“No va a ir a tribunal como Partido. El candidato que quiera ya sería prerrogativa de ellos”, declaró el comisionado electoral del PNP, Héctor Joaquín Sánchez Alvarado, por escrito.

Un “pivazo” consiste de una marca bajo la insignia de un partido, pero con elección en candidaturas de otro partido o partidos, menos la colectividad elegida bajo la insignia. Cuando surgieron los pivazos en el 2004, por ejemplo, los electores hicieron una marca bajo el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), pero todos los votos los depositaron en candidatos del Partido Popular Democrático (PPD).

En ese entonces, el PNP radicó una demanda que llegó hasta el Tribunal de Apelaciones del Primer Circuito de los Estados Unidos en Boston, a modo de impugnar los votos en favor de Aníbal Acevedo Vilá y Roberto Pratts. El tribunal se declaró falto de jurisdicción y cuando regresó al ámbito federal, el dictamen fue en contra de la Palma.

El Código Electoral vigente, aprobado en junio, redefinió el concepto de “voto mixto” para invalidar los pivazos.

Aunque los “pivazos” son ilegales bajo el Código Electoral aprobado en junio, el presidente de la Comisión Estatal de Elecciones (CEE), Francisco Rosado Colomer, y los comisionados electorales de los otros cuatro partidos políticos coincidieron en reunión que los votos debían contarse conforme a lo hacían las máquinas de escrutinio, que a su vez estaban programadas bajo los parámetros del Código Electoral derogado.

De acuerdo con Edwin Mundo Ríos, coordinador electoral de Pedro Pierluisi Urrutia —candidato a la gobernación de la Palma—, los “pivazos” serán determinantes en la lucha por las alcaldías de Aguadilla y Guánica y tanto candidatos a alcaldes, como legisladores, evalúan radicar demandas ante el tribunal.

“Hay algunos legisladores que lo están analizando, de las contiendas cerradas, al igual que algunos candidatos a alcaldes. Hay candidatos que han hablado con sus funcionarios y les han mencionado que podría cambiar la elección. Hemos estado con varios de ellos”, aseguró Mundo Ríos, aunque no especificó quiénes o cuándo lo harían.

En Aguadilla, la contienda por la alcaldía tiene solo 75 votos de diferencia entre el primer y segundo lugar, lo que obliga un recuento. Sin embargo, quien se proyectó como alcalde electo la noche del evento eleccionario, Julio Roldán, radicó un mandamus para obligar a la incumbente, Yanitzia Irizarry, a que comience el proceso de transición.

Por otra parte, en Guánica los primeros dos lugares también están en el margen de recuento, pero se cree que un tercer candidato sobrepasa a sus competidores gracias al voto directo (“write-in”).

En este caso, Mundo Ríos fue enfático en que cada papeleta de ese municipio debe evaluarse de forma meticulosa, porque el Código Electoral estipula que para validar un “write-in”, el elector debió haber escrito el nombre y los dos apellidos del candidato, además de hacer una cruz en el encasillado correspondiente.

“Hay 2,040 votos ‘write-in’, hay que ver si todos son de él. A lo mejor hay 1,500 nada más que son de él, que escribieron el nombre como es”, señaló Mundo Ríos.