Lágrimas. Dolor. Abrazos. Esperanza. Una mezcla de emociones encontradas colmaron la calle Mayagüez en Hato Rey cuando cientos de desconocidos, algunos familiares y amigos, participaron de una vigilia frente al Centro Comunitario LGBT de Puerto Rico para conmemorar la vida de los 49 fallecidos en el ataque a tiros a una barra gay en Orlando, Florida, en la que la mayoría de las víctimas eran puertorriqueños.

Velas en mano, clamaron todos por una sociedad más justa, equitativa, sin homofobia y donde no exista el discrimen. Junto a varias figuras reconocidas de la comunidad gay puertorriqueña y aliados políticos, llevaron su mensaje con la esperanza de, al fin, ser escuchados.

‘Hoy no pude levantarme de mi cama y empecé a llorar, a llorar y a llorar. Fue difícil levantarme y sé que a muchos de ustedes le pasó’, contó ante los presentes Cecilia La Luz, directora del Centro Comunitario.

‘Llega un momento en el que uno sufre el dolor que esos compañeros y familiares sienten, ese horror que sintieron (las víctimas) en ese momento en el que no podían correr ni tenían para dónde ir y donde sabían que lo único que iban a encontrar era la muerte. Y de verdad, lo único que yo pienso es que ellos son los mártires de nuestra lucha’, aseguró La Luz, achacando el ataque, catalogado por el presidente Barack Obama como uno ‘de terror’ y ‘de odio’, a la cultura de intolerancia hacia los homosexuales que permanece en la sociedad.

No obstante, dijo ‘este suceso lo que ha hecho es unir a Puerto Rico y unir más a la comunidad gay. Yo estoy segura, en mi corazón, como persona espiritual que soy, que estos jóvenes puertorriqueños son mártires de la causa y la lucha por nuestros derechos. Lo que sí sabemos es que, en su fallecimiento, unen a Puerto Rico’.

Asimismo, pidió a los líderes religiosos y políticos que han llevado una voz cantante en contra de la comunidad LGBT, que reconsideren sus posturas ‘de odio’ ya que solo engendran sufrimiento para los miembros de esta comunidad y sus allegados.

Por su parte, la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, dijo no poder concebir ‘cómo el odio entra al corazón de un ser humano y lo convierte en un monstruo capaz de cegar una vida solamente por tener la valentía de vivir su vida a plena luz del sol, por tener la valentía de amar y de ser quienes son’.

‘Eso que ocurrió en Orlando nos tocó a todos. Dejamos de sentirnos seguros, dejamos de sentirnos distantes y nos sentimos de una manera muy tristes pero unidos en un propósito. Había terror pero había homofobia’, expresó la Alcaldesa, quien también culpó la homofobia y la prédica contra esta comunidad como el motivo de la masacre, indistinto de la religión que practique el asesino.

‘Esas vidas tienen que ser la esperanza que viva en nosotros de que podemos construir una sociedad y una cultura que no nos vea a todos por lo que somos. Que dejemos de vernos si usted es de un partido político o una creencia, o si cree o no en Dios, o si es negro o es blanco, o si ama a un hombre o una mujer. Amor es amor’, añadió Cruz, mensaje que generó una fuerte ovación de parte de los presentes.

Aunque fueron muchos los que hablaron, resaltó el mensaje de George González, ministro de la iglesia de puertas abiertas Cristo Sanador, quien recordó el mal que le hace a la comunidad LGBT la homofobia internalizada,esa que se genera en el corazón de un homosexual cuando no se acepta a sí mismo y despotricacontra aquellos que si pueden vivir en armonía con su orientación sexual.

‘Ayer una persona escribió en mi Facebook que eran 49 víctimas porque la 50 era el asesino. Pues no, son 50 víctimas porque la primera víctima fue ese hombre porque nadie nace odiando. Desde que un joven o niño crece es infiltrado con ideas de odio, cuales sean, se convierten en la primera víctima’, sentenció el ministro.

‘Nuestra parada LGBT conjuga mucha gente desde la periferia, pocos marchan. La única forma de erradicar la homofobia es diciendo ‘estoy aquí, soy LGBTT’. Necesitamos un mundo nuevo y se construye todos los días. Hay que marchar, hay que caminar y cargar esta bandera’, añadió González.