La historia de Yanira Figueroa Sierra busca inspirar a otros sobrevivientes de accidentes cerebrovasculares y a quienes conviven con el estrés diario, recordando que cada día es una oportunidad para agradecer y cuidar de uno mismo.
Yanira Figueroa narra anécdotas jocosas de un viaje a la recuperación de un derrame cerebral, entre terapias y otros temas. (Suministrada)
Vivir en gratitud debe ser una práctica diaria y mucho más en el marco del Día de Acción de Gracias.
Es un día en que muchos encuentran un espacio para detenerse, reflexionar y reconocer que, a pesar de los amargos momentos, sobran los motivos para agradecer.
Ese es el caso de la empresaria vegabajeña Yanira Figueroa Sierra, una también educadora y exmilitar de ese pueblo a quien la vida la sorprendió con un evento que puso en jaque su vida.
Figueroa Sierra fue sorprendida por un accidente cerebrovascular, una rotura de un aneurisma en 2023 que amenazó su vida. Ahora, dos años más tarde, Figueroa Sierra, da gracias porque la dolorosa experiencia y el camino hacia su recuperación le ha enseñado a valorar más las pequeñas cosas de la vida.
“Doy gracias por las cosas buenas, pero también por las no tan buenas. Agradezco por el dolor que siento, por las cosas que tengo, por mi esposo Ricardo Tavera, mis tres hijos y mi familia y por este proceso que me ha enseñado a mí, que yo tenía que cambiar la manera en que estaba viviendo”, expresó en un aparte con NotiCel.

Y es que antes del accidente cerebrovascular -que hasta hoy le mantiene en un largo camino hacia la recuperación-, entre el afán de resolver y dar su máximo en sus deberes diarios, Figueroa no procuraba lo suficiente por su salud, mucho menos por su bienestar y su espiritualidad.
“No me estaba cuidando”, afirmó con suma sinceridad.
Yanira trabajó durante 26 años como maestra, profesora y directora en un centro de cuidado diurno en Vega Baja. En febrero de 1999, decidió abrir su propio centro educativo, asumiendo más responsabilidades como principal sustento de su familia.
Siempre se entregó a su trabajo y a su familia. En 2023, el estrés laboral -del centro que aún posee pero que ha dejado en manos de más personas- hizo que descuidara su salud.
La presión administrativa exacerbó su hipertensión y estrés, provocando que su cerebro se cansara y literalmente produjera el evento que casi le costó la vida.
El aneurisma cerebral, según la Clínica Mayo, es una protuberancia en un vaso sanguíneo del cerebro que si se revienta causando un agudo dolor de cabeza, náuseas, vómito, rigidez en el cuello, visión doble o borrosa, sensibilidad a la luz y pérdida de conocimiento, entre otros síntomas que se consideran una afección grave.

En el caso de Yanira, el “evento catastrófico” le mantuvo cuatro meses en un hospital. Dos meses en estado de coma y otros dos recibiendo terapias en el mismo hospital. Requirió varias operaciones, una de ellas consistió en una craneotomía para eliminar el sangrado que había en su cerebro. Eso también implicó que le removieran parte de su cráneo.
Para la emprendedora fue una dura prueba física que comprometió su independencia y su salud emocional. No podía ingerir sus alimentos favoritos, caminar o ser autosuficiente.
“Era una mujer tan y tan pará. Tenía mis negocios; era presidenta de la Asociación de Centros de Cuido de Puerto Rico; me creía la mujer maravilla. De repente todo te cambió, la vida me dio un giro de 360 como dicen”.
La recuperación ha sido lenta y llena de retos. Pero, a pesar de los numerosos tratamientos y terapias semanales, Yanira mantiene el optimismo, la determinación y su sentido del humor.
“Siempre trato de darme ese ánimo que necesito. Sacar la fuerza interior y decirme ‘tú puedes hacerlo’, aun con dificultad. He aprendido varias cosas. Ahora soy más paciente, voy al médico ocasionalmente y cuido de mi salud como nunca lo hice”, sostuvo.
También aseguró que ahora valorar más su tiempo libre, ha aprendido a delegar parte del trabajo que para no cargarse y a apreciar cada instante.
La escritura como terapia
En medio de este proceso de recuperación, Yanira encontró en la escritura una terapia y una manera de impactar a otros. Así nació su libro “Funeral Cancelado” que vio la luz en noviembre de 2024 con Ediciones En serio.
La publicación recopila historias escritas desde la perspectiva de un aneurisma que le cambió la vida para siempre, buscando inspirar a otros a modificar sus hábitos para prevenir enfermedades.
“No es un libro triste, es un libro que tiene un montón de humor, porque yo hablo todo de una manera jocosa”, explicó.
Ahora, Yanira aspira a continuar inspirando a otros sobrevivientes de accidentes cerebrovasculares por medio de su segundo libro, “Cosas que me la explotan: anécdotas de un aneurisma”. Se trata de una publicación donde, igualmente, aborda con humor situaciones cotidianas que le incomodan o le hacen enojar.
El libro estará disponible en distintas librerías alrededor de la isla. Los fondos recaudados con la venta de sus libros ayudan a cubrir los gastos de tratamientos alternativos y terapias no cubiertas por su seguro médico, como acupuntura, masajes terapéuticos y auriculoterapia.
La historia de Yanira busca inspirar a otros sobrevivientes de accidentes cerebrovasculares y a quienes conviven con el estrés diario, recordando que cada día es una oportunidad para agradecer y cuidar de uno mismo.

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