Los cambios en Popular, Inc. tras el anuncio ayer de que su actual Presidente y Principal Oficial Ejecutivo, Richard L. Carrión Rexach deja el cargo efectivo el 1 de julio para asumir el rol de Presidente Ejecutivo de la Junta de Directores probablemente se noten más al interior de la institución que afuera.

Carrión y su sucesor, Ignacio Álvarez, recibieron ayer a NotiCel para discutir el anuncio y quedó claro que Álvarez no pretende realizar cambios significativos en los planes y el equipo gerencial de la empresa matriz del Banco Popular, y también quedó claro que Carrión se ha reservado para su nuevo rol unos espacios importantes de protagonismo público.

‘Tengo 64 años, es un momento bueno, ciertamente yo estoy listo para cambiar de responsabilidades y reducir un poco el tiempo que estoy aquí. Ignacio está listo y creemos que la organización está lista’, respondió Carrión a la pregunta de por qué salir ahora.

El ejecutivo lleva 41 años en el banco, 32 como Presidente y 26 como Principal Oficial Ejecutivo, y su familia está vinculada a la institución financiera desde su abuelo, Rafael Carrión Pacheco, por lo que una de las sorpresas del anuncio de ayer fue que su sucesor no tuviera también el apellido Carrión.

De los cinco hijos de Carrión, uno de ellos trabaja en la división internacional del banco pero el ejecutivo pidió que no le pusiera ‘esa carga’ a su hijo y que la institución es distinta hoy a lo que era cuando él asumió la dirección después de comenzar a trabajar desde joven en el banco.

El plan de sucesión en el banco se puso en marcha desde 2013, cuando Carrión se postuló para presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), ‘donde me gané la medalla de plata’, dijo entre risas para enfatizar que su candidatura no fue exitosa. Carrión seguirá vinculado al COI en esta nueva etapa de su vida.

Con la designación de Álvarez como jefe de Operaciones en 2014, el plan se echó a andar hasta llegar al anuncio de ayer.

Pero Carrión, quien lleva años perseguido por sospechas de que desearía entrar al ruedo político por el protagonismo social que ha tenido más allá de sus funciones en Popular, seguirá teniendo un alto perfil público en sus nuevas funciones.

Esto, ya que encabezará esfuerzo de adquisiciones, tecnología, relaciones con el gobierno y con clientes, y los esfuerzos filantrópicos mediante la Fundación Banco Popular a través de la cual se canalizan proyectos como el especial navideño anual de la institución.

‘No me arrepiento’, dijo Carrión a preguntas de si se arrepentía de algunas de esas incursiones públicas que han resultado controversiales.

A preguntas de cómo su presidencia será distinta a la presidencia de Carrión, Álvarez comentó que ‘yo soy una persona sumamente práctica, entiendo que tengo un ego moderado, así que no voy a hacer cambios por hacer cambios’.

El equipo gerencial ‘no se va a cambiar fundamentalmente’ dijo. ‘Yo no soy Richard Carrión y no pretendo serlo, y si trato de serlo sería un fracaso… él mide 6′ 3′ y yo 5’ 9», dijo entre risas.

Según los documentos públicos de Popular, Inc., en 2016 a Carrión se le aprobó un salario base como Principal Oficial Ejecutivo de $1,453,846 que, con bonificaciones, llega a un valor de $6,149,320. Álvarez, por su parte, como Principal Oficial de Operaciones, tiene un salario base aprobado de $742,500 que, con bonificaciones, llega a un valor de $2,436,982.

Cuál es su mayor orgullo?, se le preguntó a Carrión.

‘Mi mayor orgullo es la organización, es lo que se ha logrado a pesar de unos años difíciles. Un equipo gerencial que francamente es superior a cualquier institución bancaria o no bancaria de Puerto Rico. Una institución de 8,000 personas que comparte una visión, que comparte unos principios y que trabaja por el bienestar de Puerto Rico.’

Pendiente a NotiCel.com para más de esta entrevista con Carrión y Álvarez.

*Ampliada con datos de la compensación de los ejecutivos.