El clavadista olímpico puertorriqueño Rafael Quintero Cruz se dio su primera ‘vueltita’ por la Isla tras su participación en los XXXI Juegos Olímpicos en Río de Janeiro, la que aprovechó para cumplir con varios compromisos profesionales y compartir con su familia antes de regresar a Arizona, donde continúa sus estudios universitarios y entrenamiento físico.

Quintero llegó ayer jueves a la Isla, pasando gran parte del día cumpliendo varios compromisos de los que no ofreció detalles. No obstante, insinuó se trataba de reuniones con algunos de sus auspiciadores.

En la tarde de hoy, viernes, sacó un tiempo para compartir con la prensa durante la presentación del nuevo gimnasio del Municipio de Río Grande, su casa, actividad a la que fue invitado por el alcalde Ángel ‘Bori’ González. Acompañado de sus padres Rafael y Nerva, agradeció nuevamente al país por el apoyo recibido tras colocarse en la séptima posición a nivel mundial en las Olimpiadas.

‘Vine a hacer gestiones familiares y de trabajo pero lo que me queda es para estar con mi familia estos últimos dos días que tengo’, replicó el clavadista natural de Río Grande, quien confesó se sintió un poco triste por ausentarse a la caravana de bienvenida de la Delegación Olímpica en San Juan.

‘Cuando me fui de (Río) fue sábado o domingo. El lunes ya yo empezaba clases, tenía que bregar unas cosas de la beca que no había entrado el dinero y estaba un poquito (ocupado) con esa parte. Pero cuando vi (la caravana), me hubiera gustado haber estado ahí, honestamente’, dijo Quintero Cruz, quien estudia ingeniería mecánica en la Universidad de Arizona.

Sus días mayormente se resumen en estudiar, entrenar, comer, dormir… y repetir insaciablemente por espacio de, hasta ahora, casi cuatro años. Lejos de casa, con presiones académicas y atléticas, más ahora el peso de complacer a los fanáticos y lograr nuevamente la clasificación a los Juegos Olímpicos, es parte de su día a día.

‘Sacrifico muchas cosas. Me levanto por las mañanas y practico. Luego tengo un ‘full load’ de clases durante el día, practico de nuevo por la tarde y hago pesas tres veces en semanas. Y dormir. Dormir bien. Cuando duermo bien, estoy feliz y puedo hacer todas mis cosas. Pero es cuestión de no quitarse, algo que me ha enseñado el deporte’, comentó.

‘Para nosotros es un logro como familia. Desde muy pequeño ha trabajado muy duro para llegar a Río 2016 y ahora vamos para Tokio 2020. Estamos muy orgullosos de él y creo que va a seguir trabajando duro para llegar a donde quiera llegar’, expresó por su parte el papá de Quintero Cruz de mismo nombre.

El interés de Quintero Cruz por el clavado llegó tras pasar su adolescencia en los pasillos de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras. Cursó escuela superior en la UHS, la escuela secundaria de la universidad, y muchas veces utilizaba el complejo deportivo de la institución. Allí, vio por primera vez a atletas practicando en los trampolines al lado de la Escuela de Derecho. Tras convencer a sus padres, dejó la gimnasia y se metió en la piscina.

En ningún momento, explicó el papá, pensó que estaría 10 años después en las gradas olímpicas de Brasil viendo a su hijo colocarse entre los primeros siete del mundo en esta disciplina. Pero a la vez, jamás dudó fuera posible.

‘Yo te soy bien honesto, él tiene el talento. Cualquier deporte que él fuera a trabajar, yo sé que lo iba a hacer bien. Yo siempre le expliqué a él cómo trabajar con orgullo y ser humilde con las demás personas. Yo sé que él tenía ese interés y era cuestión de tiempo’, dijo Quintero, padre.

En adición, la presidenta del Comité Olímpico, Sara Rosario, recordó la importancia que tiene para atletas como Quintero Cruz, que pasan gran parte de su vida acuartelados por sus estudios y entrenamiento, el apoyo no solo de la familia sino del público al cual representan con tanto orgullo en cada una de sus competencias internacionales.

‘Rafa hizo historia, una muy bonita que se dio con toda esta delegación en Río. La gente dirá ‘ah, que llegó séptimo’ pero eso vale mucho. Séptimo entre los mejores del mundo en una disciplina que es muy competitiva y en un momento donde los preferidos -los medallistas de Londres- no llegaron ni a la ronda final. Esto es un talento hecho en Puerto Rico gracias a la dedicación de unos padres’, dijo Rosario, quien reconoció es ahora cuando más se ha conocido el nombre de Quintero Cruz entre los puertorriqueños.

Igualmente, Rosario se comprometió en ayudar a Quintero una vez se gradúe de la universidad el año que viene para que continúe desempeñando a nivel profesional en el deporte del clavado.

En el calendario de Quintero Cruz están las Competencias Nacionales de Invierno en diciembre. El año que viene, la Serie Mundial en marzo y abril, además del Campeonato Mundial en el verano también verán acción del boricua.

No obstante, debido a que es muy probable no se vuelva a celebrar en Puerto Rico el Diving Grand Prix, programado para abril, es posible no veamos a Quintero Cruz competir en su propia casa por un tiempo.