Kevin Grow, un muchacho con Síndrome Down, es el vivo ejempo de los beneficios que practicar el deporte pueden brindar a personas con impedimentos o con otras condiciones a las cuales la sociedad le impone límites y los perjudicados aprovechan para sobresalir.

Grow, cuyo apellido significa crecer en español, es un apasionado del baloncesto y se convirtió en entrenador asistente del equipo de su escuela, luego de comer banco y apoyar a sus compañeros sin que lo dejaran pisar el tabloncillo.

Esto cambió cuando el entrenador le permitió jugar unos minutos en agradecimiento a su apoyo incondicional cuando su escuela superior se enfrentaba al equipo de otro plantel.

En sólo dos minutos, Grow anotó 14 puntos con cuatro canastas de tres puntos de cinco intentos que tuvo al aro. Los dirigentes de los 76ers de Filadelfia se impresionaron tanto con el vídeo que corrió como pólvora en las redes sociales que lo firmaron en su escuadra, aunque bien sólo fuera por dos días.

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