Al menos 76 palestinos han muerto y otros 500 han resultado heridos en la Franja de Gaza desde el inicio de la ofensiva militar israelí ‘Margen Protector’, y que sólo durante la pasada madrugada, ha atacado 108 nuevos blancos.

Cazabombarderos de la aviación y embarcaciones de guerra de las Fuerzas Armadas israelíes continuaron por tercera noche consecutiva con los bombardeos en este territorio palestino, según los testigos.

Conforme a su relato, desde la medianoche pasada los ataques incluyeron viviendas de familias de milicianos, así como edificios pertenecientes al Ministerio del Interior de Hamás, vehículos de militantes de facciones armadas, terrenos y granjas.

Vecinos de la Franja dijeron haber escuchado fuertes explosiones en ciudades y aldeas de todo el enclave costero, principalmente en la ciudad de Gaza, al tiempo que las ambulancias y equipos de rescate se afanaban por trasladar a las víctimas a los hospitales.

El Ejército israelí indicó en un comunicado que ha alcanzado a un ‘terrorista de Hamás’ en el norte de la franja de Gaza que estaba involucrado en el disparo de cohetes contra Israel.

También informó de otro ataque contra tres milicianos de la Yihad Islámica supuestamente involucrados en la manufactura de cohetes de medio alcance, en un operativo lanzado a primera hora del día.

El portavoz del servicio del Ministerio de Sanidad en Gaza, Ashraf al Qedra, dijo que el recuento de fallecidos por los bombardeos israelíes en tres días de operación ascendió en las últimas horas a 76 palestinos, y que los heridos son 500.

Precisó que alrededor de dos tercios de las víctimas mortales y heridos son mujeres y menores civiles.

El funcionario añadió que el número de víctimas civiles se ha incrementado en las últimas 48 horas de ofensiva debido a que Israel está atacando edificios residenciales por aire, así como a grupos de personas que se encuentran en la costa.

Anoche siete civiles perdieron la vida -tres mujeres y cuatro menores- en un bombardeo sobre unas viviendas en la localidad de Jan Yunes, en el sur de Gaza.

El Ministerio del Interior en Gaza dijo en un comunicado remitido a los medios que alrededor de 80 viviendas y edificios han sido destruidos en los últimos tres días.

Expertos militares citados por los medios israelíes han explicado que el hecho de que se estén registrando civiles entre los fallecidos en los bombardeos se produce debido a que, en ocasiones, éstos hacen caso omiso de las advertencias hechas con anterioridad por el Ejército de que va a atacar la vivienda.

El Canal 10 de la televisión israelí indicó que la inteligencia militar suele llamar a los residentes cuyo domicilio será objeto del bombardeo, y que se han registrado casos en los que éstos no cogen el teléfono fijo ni las llamadas a los móviles.

En las advertencias Israel suele dar un margen de cuatro minutos antes de atacar, a la que se suma otro impacto que no destruye infraestructuras y sirve de preaviso antes del bombardeo propiamente dicho, reveló el medio.

Desde el martes, Israel calcula que cerca de 750 objetivos han sido blanco de sus operaciones en Gaza.

Por su parte, el brazo armado de Hamás, las ‘Brigadas de Azedín al Kasem’, asumieron la autoría del lanzamiento de más cohetes contra Tel Aviv y otras ciudades del centro y sur de Israel.

Las sirenas se volvieron a activar esta mañana en Tel Aviv, y de acuerdo al Ejército israelí, un cohete fue derribado en pleno vuelo por las baterías antimisiles desplegadas en la zona.

Asimismo, el Aeropuerto internacional Ben Gurión, cercano a esa ciudad israelí, ha sufrido nuevamente hoy retrasos debido a la activación de las sirenas que alertan de la inminencia del impacto de un proyectil.

Fuentes castrenses israelíes cifran en aproximadamente 360 los cohetes de distinto alcance disparados desde el territorio palestino, de los cuales 255 impactaron en Israel y alrededor de 67 fueron interceptados por las baterías antimisiles del sistema ‘Cúpula de Hierro’.

De momento, los ataques con proyectiles desde Gaza no han provocado víctimas mortales, aunque sí decenas de casos de israelíes que han tenido que ser atendidos por los servicios médicos por ataques de ansiedad y pánico.