El medico de familia Juan Rene Arocho Velez lloró ante la mujer desconocida. La abrazó y pidió por la ciudadana ante decenas de familiares y amistades que presenciaron el encuentro en un gazebo del Parque Luis Muñoz Marín. Se trató de un regalo de padres, de un regalo de vida, de dos familias que quisieron conocerse por una donación.

‘Ser padre es lo más maravilloso. Dios me lo prestó y nosotros aceptamos su voluntad’, sostuvo el médico en un aparte con periodistas.

Juan Gabriel Arocho González, de 23 años de edad, falleció en el 2014 por muerte cerebral luego de un sangrado profuso relacionado con un sistema inmune debilitado por el dengue.

El joven, quien había sido aceptado en la Escuela de Medicina de Florida State University, murió luego de sufrir varias complicaciones que surgieron desde que resultó infectado con el virus a los 14 años de edad.

Las autoridades lograron trasplantar sus riñones, pulmones, corazón y tejido a otros recipientes. Pero no fue hasta este viernes pasado que la familia del universitario conoció a la primera persona beneficiada luego de que ésta pidiera el encuentro y que el mismo fuese documentado por los medios de comunicación.

‘Esta es una segunda oportunidad a la vida. Muchas personas desconocen sobre la donación de órganos y se deben salvar más vidas y se debe crear conciencia’, indicó Aileen Ortiz Parrilla, de 46 años de edad, recipiente de uno de los riñones de Arocho González.

La paciente, por su avanzado estado de diabetes, había perdido la visión hace 11 años y estuvo recibiendo tratamiento de diálisis por dos años y siete meses hasta que recibió el trasplante.

En un encuentro emotivo, la mujer conoció a los padres del joven, un destacado violinista que escribió cartas a sus padres que éstos descubrieron después de su fallecimiento.

LifeLink, la organización que maneja la donación de órganos en Puerto Rico, precisó que el año pasado 304 pacientes se beneficiaron de trasplantes de 104 donantes. Cabe destacar, sin embargo, que en Puerto Rico hay sobre 500 pacientes que esperan por un trasplante.

‘Momentos como estos nos motivan a registrarnos como donantes para extender la vida más allá de la muerte’, indicó el director ejecutivo de LifeLink de Puerto Rico, Antonio de Vera.