Estrena en los cines la nueva propuesta ‘Point Break’ de Warner Bros. Basada en la película de 1991 con Keanu Reeves y Patrick Swayze, nos brindan una nueva versión del clásico de acción. La base sigue siendo la misma cuando Johnny Utah, interpretado en este caso por Luke Bracey, descubre quien está a cargo de unos robos millonarios a traves del mundo. El líder de esta ganga de deportes extremos es Bodhi (Edgar Ramírez), quien está completando ‘the Osaki 8,’ ocho pruebas honrando el poder de la naturaleza a la vez que devuelve algo, convirtiendose en unos Robin Hood modernos.

El director Ericson Core transporta a distintas partes del mundo como Austria, Italia, Suiza, Berlín, Francia, México, Venezuela, Polinesia francés, India y Estados Unidos en la búsqueda de los mejores locales para grabar. Los esfuerzos no fueron en vano ya que se ve impresionante. Las localidades y acrobacias realizadas, verlas en las pantalla grande vale la pena. Es ver el canal National Geograhic en el cine, todo un espectáculo. En una escena particular brincan de una montaña y flotan por todo el valle: impresionante. Recordando a ‘Soaring’ en Epcot Center, por la sensación de ser parte de ese mundo.

Sacando las escenas y la acción, la trama se queda corta sin el poder de ejecución de la original. Además, la actuación y carisma de Edgar Ramírez no se compara con la de Patrick Swayze, quien llamaba a conocer más sobre él. Ramírez es tremendo actor, de gran potencial, pero lamentablemente no supieron sacar ese potencial. Si desean conocer mejor a este actor venezolano recomiendo la miniserie Carlos, en la cual interpreta a Carlos el Chacal, disponible en Netflix. Además, Luke Bracey no tiene el mismo poder de convocatoria que Keanu Reeves, siendo el eslabón débil de la película.

Definitivamente, debieron cambiar el nombre al proyecto ya que usar el mismo provoca la inevitable cmparación de las películas. La misma situación ocurrió con ‘Total Recall’ con la versión de Arnold Schwarzenegger y la de Colin Farrell, sin resultados positivos.

Si es fanático de la película del 1991, comparará ambas versiones sin poder apreciarlas por su cuenta. Si va pensando que no es un ‘remake’ y busca algo diferente la pasará muy bien. Además es el último estreno del año.

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Clasificada PG-13.