Se trata de José Ortiz.

El gobernador Ricardo Rosselló Nevares recomendó hoy a Jose Ortiz como director ejecutivo de la Autoridad de Energía Electrica (AEE).

Ortiz fungió como director ejecutivo de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) bajo la administraciones de Aníbal Acevedo Vilá y Luis Fortuño. Particularmente, bajo la administración de este último, el recien nombrado formó parte de la Junta de Gobierno de la AEE.

En ese entonces, su nombramiento confrontó oposición luego de que se le acusara de mantener un salario de $200 mil, otorgarse ‘bonos de productividad’ por $30 mil y darle a 25 empleados de confianza $3 millones en salarios y bonos provenientes de fondos públicos.

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Tras esta problemática y el cambio de administración, el gobierno de Alejandro García Padilla le retiró la confianza para que el ingeniero Alberto Lázaro asumiera las riendas de la AAA.

Según se abundó durante la conferencia de prensa ofrecida por Rosselló Nevares, Ortiz cobrará $250,000 anuales.

Entretanto, tras la recomendación, el presidente de la Unión de Trabajadores de la Industria Electrica y de Riego (UTIER), Ángel Figueroa Jaramillo, apuntó que Roselló Nevares desperdició una gran oportunidad de nombrar un puertorriqueño comprometido con la corporación pública.

‘Este nombramiento trae mucha discusión porque cuando Jose Ortíz presidio la Junta del 2011-2012 bajo la administración de Luis Fortuño, se firmaron más de 60 contratos de energía renovable, contratos altamente cuestionados de los que se tenía evidencia de uso de fondos federales, contratos de proyectos que no se concretaron. Tambien bajo su mandato se logró la renuncia de dos miembros, quienes precisamente fueron señalados por la UTIER por sus acciones, no solo con eso, hubo hasta acusaciones criminales a miembros de la Junta que Díaz presidia’ explicó el representante del gremio.

Asimismo, el Presidente de la UTIER recordó tambien que durante ese periodo hasta ‘se engañó al pueblo con una supuesta baja en combustible’, que luego la misma Junta de Gobierno tuvo que admitir no existió.

‘El Gobernador tenía que tener en consideración estos señalamientos -y de otros más que seguiremos mencionando más adelante- que se le hicieron al ingeniero Jose Ortiz, tambien tenía la oportunidad de trabajar la despolitización de la AEE, pero al ser el quien hace el nombramiento, no lo está haciendo. El país necesita una transformación real de, desde de la gobernanza la AEE, la falta de intervención político partidista y sobre todo hombres y mujeres que tengan un pasado que no sea cuestionable en este momento’, concluyó Figueroa Jaramill.

Este anuncio ocurre en medio de una ola de críticas a la corporación pública tras la salida de su director ejecutivo, Walter Higgins III, quien renunció por diferencias salariales para que luego Rafael Díaz Granados, ejecutivo nombrado por la Junta de Gobierno de la Autoridad, renunciara a petición de Rosselló Nevares cuando trascendió que su sueldo sería de $750,000.

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Además, para ubicar a Higgins III en su puesto el Gobierno invirtió $250,000 en una agencia de búsqueda de talentos que culminó con la recomendación del director que apenas duró cuatro meses al frente de la AEE.

Anterior a esto y en plena emergencia tras la devastación del huracán María, el entonces director Ricardo Ramos se vio obligado a renunciar cuando fue cuestionado por otorgar un contrato a la empresa Whitefish. En su lugar, el director de Generación de la AEE y quien recientemente anunció su retiro de la corporación pública, Justo González, tomó el liderato hasta la llegada de Higgins III.

A la salida de los directores ejecutivos se sumó la de cinco miembros de la Junta de Gobierno, quienes renunciaron por negarse a mermar el sueldo de Díaz Granados y remitir una carta al Primer Mandatario alegando intervención política en el proceso de reconstrucción y privatización de la corporación pública. En una escueta carta comunicaron su renuncia el presidente de la Junta, Ernesto Sgroi; el vicepresidente Edwin Irizarry; Erroll Davis; el propio Díaz Granados y Nisha Desai.