El excontratista de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA), Ramón Crespo, pasó de ser un contratista ‘normal’ que debía esperar más de un mes para recibir los pagos por sus servicios al Gobierno, a tener acceso a sus cheques por adelantado con cuantiosas sumas de dinero.

Al menos así lo notó la que era entonces directora de finanzas de la región este y metro de la AAA, Lourdes Alsina, quien ocupó la silla de testigo durante el decimotercer día de desfile de prueba en el juicio contra cuatro supuestos cómplices del empresario Anaudi Hernández y su esquema de corrupción.

A preguntas del fiscal federal Timothy Henwood, Alsinaexplicó que es normal que se atrasen al menos un mes los pagos a los contratistas que suplen servicios a la AAA, como una regla interna de la propia agencia para no afectar el flujo de efectivo.

Sin embargo, en el período del 2011 al 2013, la funcionaria detectó un patrón de pago diferente con una empresa, IA MECH CHEM, de la cual era dueño Crespo quien antes ocupó la silla de testigo para contar un largo relato para sustentar el cargo de extorsión por miedo a daño económico que pesa contra dos de las acusadas.

Sobre todo en el 2012, Alsina comenzó a notar que los pagos a dicha empresa, encargada de labores de desyerbo, recogido de animales y tubos sanitarios, se empezaron a expedir previo a la fecha de vencimiento de la factura, lo cual levantó una alarma para ella.

‘Esto va en contra de la sana adminsitración porque tú le estás pagando a un suplidor y pones en desventaja a los demás, y afecta el flujo de efectivo’, respondió la testigo ante la insistencia del fiscal federal.

Según el testimonio de Crespo, este se reencontró con su conocida de la infancia, Marielis Falcón Nieves – acusada y hermana de laexvicepresidenta de la AAA – en la primavera del 2012. Un tiempo después, se entabló entre ambos una relación de negocios por debajo de la mesa, a través de la cual Falcón Nieves le agilizaba a Crespo la salida de sus cheques utilizando sus conexiones dentro de la agencia, a cambio de que este le pagara el 10% de su ganancia.

Ese relato de Crespo, la Fiscalía federal lo intenta conectar con el patrón de emisión de cheques por adelantado más acentuado que notó la funcionaria Alsina en el mismo 2012. Cabe destacar que ese patrón con IA Mech, la testigo lo detectó por primera vez en el 2011, antes de que Crespo se reencontrara con Marielis Falcón Nieves.

No obstante, un exhaustivo desglose mostrado en sala de las facturas que procesó la AAA a la empresa IA Mech evidenció que, en efecto, en el 2012 se emitieron varios pagos por las cantidades aproximadas de $11,000, $16,000 y hasta $73,000 – pago autorizado por Ivonne Falcón Nieves – entonces tesorera y hermana de Marielis -. Los pagos para la compañía se hicieron antes de que venciera la factura, lo cual la testigo repitió que ‘no es normal’.

A pesar de los esfuerzos del licenciado Godwin Aldarondo, abogado de Ivonne Falcón, por establecer que existen pagos adelantados por servicios a la AAA, la testigo dejó claro que para las funciones que desempeñaba IA Mech – desyerbo, recogido de animales, tuberías sanitarias – no se justifica un pago por adelantado.

Así que fueron varios los ejemplos que presentó Fiscalía federal que evidenciaban pago de cheques antes de que se venciera la factura, acompañados de una red de correos electrónicos entre los funcionarios que mostraba la presión que ejercía Ivonne Falcón para que los pagos se hicieran.

Cuando Ivonne Falcón era tesorera de la AAA durante el 2012 fue que contactó por primera vez a la oficina de la testigo Alsina, para pedirle que tramitara la emisión de pago para IA Mech. Entre sus funciones como tesorera estaba ‘buscar los fondos disponibles para pagar las obligaciones de la agencia’, explicó la testigo al principio de su intervención. Aún así, la testigo declaró: ‘Realmente entiendo que tenían un interés en pagarle a esos contratistas en ese momento’.

A primera hora de la mañana, cuando Crespo aún estaba sentado a la silla de testigo, declaró que ese pago que le hizo en mayo y junio del 2013 a Marielis Falcón se debía a deudas que aún no había saldado por las gestiones anteriores. En ese momento, ya Marielis se había desvinculado de ese supuesto negocio por debajo de la mesa, y había sido Anaudi y compañía quienes se habían llevado la tajada de la deuda de $1 millón que acumuló el contratista con la AAA.

A pesar de que la intención de los testimonios fue corroborar el testimonio de Crespo, quien a todas luces describió un esquema de extorsión del cual fue víctima orquestado tanto por Marielis Falcón por un lado, como por Anaudi, Eder Ortiz y Rey Rivera por otro, todavía no se ha presentado en sala un testigo ocular que aclare la participación de Marielis en el delito.

Francisco Christian, el amigo banquero de Crespo quien trabajaba en Doral Bank, a donde el excontratista acudía para depositar y cambiar los cheques de la AAA a través de su cuenta comercial, nunca vio a Crespo en compañía de Marielis en una de las visitas al banco desde donde intercambiaban cheques.

Tampoco la familia Hernández pudo identificar nada extraño en los cheques que les fueron pagos a nombre de IA Mech. Ambos se sentaron a la silla de testigo: el contratista Eduardo Hernández, quien trabajó en la remodelación de la residencia en Bayamón de Marielis, y su hija Ashlie, quienes recibieron cheques de la empresa de Crespo. Sin embargo, nadie les advirtió sobre alguna transacción secreta o nebulosa de la que no se pudiera hablar.

Aparte del cheque por $10,000 que firmó Crespo el mismo día que le emitieron el pago de más de $300,000 en la Autoridad, aún es su palabra la que pesa en contra de Marielis Falcón. El abogado de esta, Francisco Adams, le increpó al final de su intervención si sencillamente había que tomar su palabra por cierta sobre si existen testigos oculares de alguna transacción, a lo que Crespo indicó: ‘Sí’.