La pistola Five Seven color crema con la que asesinaron a Carmen Paredes Cintrón fue lanzada de un vehículo marca Mercedez Benz gris, de acuerdo al testimonio de Luis Alberto Guzmán Hernández, un residente de la barriada los Filtros en Guaynabo.

En el noveno día de juicio contra Pablo Casellas Toro, el Ministerio Público, compuesto por los fiscales Phoebe Isales, Janet Parra y Sergio Rubio, sentaron en el banquillo de testigos al también jardinero y paciente de metadona.

Según su declaración, la mañana del sábado, 14 de julio de 2012, día del asesinato de Paredes en la Urbanización Tierra Alta III, en Guaynabo, percibió que de ese vehículo lanzaron un objeto que cuando llegó a donde estaba, era un arma.

‘Voy caminando por el pasillo (hacia el supermercado Amigo de Santa Ana) y veo un carro que se detiene frente al pasillo. Una persona clara de color tira algo que rebotó en la grama, era algo duro’, explicó Guzmán Hernández, quien iba de camino a comprar el periódico como lo hacía todas las mañanas.

‘Veo el carro, pero no me fijo en la persona. Era gris claro. Veo que lo que tiró era una pistola. Era bien rara, nunca había visto una así. Miro para todos lados, la cojo y me la meto en el pantalón’, detalló.

Según el sujeto, una vez agarró el arma, fue hasta donde estaba un amigo, Joselito Rivera, (‘Chely’) para vendérsela. ‘Me habían dicho en la calle que costaba $3,000. Le dije que me diera solo mil. Me dio 100 pesos y algo de marihuana’, agregó.

Sostuvo, además, que encontró el arma entre las 9 y 10 de la mañana de ese sábado. ‘Veo las noticias, veo el carro, un Mercedes Benz gris, que es el mismo que vi, para mi es el mismo carro’, añadió sobre lo que percibió ese día, aunque muchos de esos datos no fueron incluidos en si declaración jurada.

‘Le puedo decir hoy con claridad que lo que tiraron fue una pistola’, aseguró Guzmán Hernández a preguntas del abogado Harry Padilla, quien en varias ocasiones tuvo que solicitar al juez que el testigo solo contestara lo que se le preguntaba.

En la tarde, Joselito Rivera Seda, alias ‘Chely’ testificó en la sala 706 que preside el juez José Ramírez Lluch.

A pesar que Guzmán Hernández había asegurado que cuando vendió el arma le se le entregó una remuneración, Rivera Seda lo contradijo. ‘Que yo recuerde no le di nada’, afirmó a preguntas de Padilla.

No obstante, más adelante el acusado por Ley de Armas en Pensilvania expresó que le hizo dos pagos al jardinero: uno de $200 y otro de $300.

Rivera Seda recibió el arma de Guzmán Hernández, pero no le cuestionó de dónde la sacó, según su declaración en la sala del Tribunal de Bayamón.

El testigo 27 de cargo fue el comerciante Luis Yamil Morales Valderrama, a quien apodan ‘Gordo’. Este manifestó en su declaración que acudió a la barriada Los Filtros para hablar con Rivera Seda sobre la compra de unos ‘four tracks’. Sin embargo, el acuerdo no se concretó, por lo que el primero le ofreció la venta de una pistola.

‘Ahí me habló de un arma. Estaba estillada en la parte de atrás. Tenía como un cantacito. El arma era una FN’, expresó el hombre sobre el arma por la cual le pidieron $2 mil, pero solo se hizo un pago de $700.

Los tres individuos firmaron un acuerdo con fiscalía para no cumplir cárcel.

El corredor de seguros enfrenta cargos por asesinato en primer grado, violación a la Ley de Armas y destrucción de evidencia. El desfile de prueba continuará este miércoles a las 9 de la mañana.