El Departamento de Justicia se apresta a esclarecer el caso del asesinato del niño Lorenzo González Cacho, aunque todavía el secretario de esa agencia, Luis Sánchez Betances, no se siente cómodo como para radicar acusaciones criminales contra los responsables.

‘Si radico antes de tiempo, me van a criticar. Yo lo voy a radicar cuando esté listo. Cuando tenga la evidencia que me garantice a mí, en mi criterio, de mis fiscales, que podemos lograr una convicción. Pero nuevamente, estamos trabajando intensamente con ciertos aspectos de la investigación que yo espero que en los próximos 30 ó 45 días tenga una muchísima mejor posición para esclarecer el caso’, indicó Sánchez Betances a NotiCel.

Este diario digital le preguntó si es cierto que surgió evidencia nueva en el caso.

‘Hay un aspecto que puede generar evidencia nueva, ciertamente. Toda evaluación, todo estudio puede generar evidencia nueva, así que sí. Y se busca también mejorar o analizar mejor la evidencia que tenemos y eso puede conducir a evidencia adicional. No hay duda de que no tenemos toda la evidencia en este momento para someter el caso porque, si no, lo hubiéramos sometido. No puede haber cabeza alguna que piense que, por alguna razón aquí, alguien está evitando radicar el caso. Es que no tenemos el caso listo todavía’, destacó.

Sánchez Betances se mostró confiado en que próximamente la agencia podrá llevar a los responsables a tener su día en corte para hacer justicia.

‘Uno no le puede hacer justicia a un muerto. Para mí el concepto de hacer justicia, en el sentido correcto de la palabra justicia, es someter a la justicia al responsable, a ese es que se le hace justicia. Hacer justicia es hacer lo justo y lo justo es que el que cometió el crimen pague por ello y eso es lo que es justicia’, sostuvo el funcionario.

Los cuatro sospechosos del vil asesinato ocurrido en marzo de 2010 en Dorado del Mar son la madre del menor, Ana Cacho, el ingeniero Jesús Genaro Camacho, el agente federal de Inmigración, William Marrero, y Arnaldo ‘Naldy’ Colón.

El niño Lorenzo fue asesinado el 9 de marzo de 2010 mientras estaba bajo la custodia de su madre en circunstancias que siguen siendo un misterio para el país.

Tras el asesinato, Cacho perdió la custodia de sus dos hijas, quienes serían potenciales testigos en el caso criminal.

Cacho mantiene una agria disputa judicial en los tribunales de familia reclamando a las autoridades que se le permita volver a reunirse con sus dos hijas, con quiénes no ha podido mantener contacto físico desde que se le concedió la custodia al padre, Ahmed Alí González.

Además, Cacho le reclama civilmente un millón de dólares al detective Milton Rodríguez, quien escribió un libro en el que presenta sus teorías sobre el crimen.