Si algo se ha aprendido del deporte-entretenimiento de la lucha libre es que las alianzas entre humanos son asociaciones frágiles que con el mayor descuido se rompen, logrando así poner en disputa a integrantes de bandos que en algún se proyectaron con cierto grado de unidad y estabilidad.

Las razones para cambiar de bando son las más diversas. Desde viles traiciones y actos de oportunismo, hasta otros motivos más honestos como la recapacitación del individuo, convierten al ser humano en un ente inestable y atraído por los vaivenes del momento.

Como expresión de lucha constante, la política no está exenta de estos saltos y cambios repentinos de lealtades.

Hoy, la opinión pública tiene sus miras en el sonado cambio de bando que el pintoresco luchador Chicky Starr hizo hacia el Partido Popular Democrático (PPD), luego de militar por tantos años con el Partido Nuevo Progresista (PNP) y ser un férreo defensor de su presidente senatorial, Thomas Rivera Schatz.

El caso de este conocido luchador se une a una larga lista de figuras políticas que en algún momento le ‘bregaron Chicky Starr’ a sus colectividades e ideales, y ya sea por puro oportunismo o por conversión sincera, dieron sendos saltos que en su momento conmocionaron a las huestes del tribalismo partidista boricua.

De hecho, el propio establecimiento del status territorial actual de Puerto Rico en el 1952 fue precedido por un notorio giro político protagonizado por el ex gobernador Luis Muñoz Marín, quien abandonó el proyecto independentistay optó por abrazar una nueva propuesta política conocida bajo el nombre de Estado Libre Asociado.

Los roces entre independentistas y aquellas personas identificadas por supuestamente abandonar su lucha política, persiste hoy día con casos tales como la campaña que el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) ha lanzado contra el PPD por haber ‘pirateado’ y cambiado de bando al ex líder pipiolo de la capital, Vance Thomas.

El PPD también ha experimentado la pérdida de figuras de notoriedad como parte del juego del salto político, tan común en Puerto Rico.

La campaña ‘Yo era popular’ del PNP ha calado hondo al integrar figuras de menor jerarquía dentro del PPD y salpicando a personalidades de mayor influencia como es el caso de Danny Vélez, quien ejerció funciones como secretario de prensa bajo la administración popular de Rafael Hernández Colón.

El caso de Vélez se une a otros en el pasado, como el de los ex senadores Sergio Peña Clos y el convicto Jorge De Castro Font, ambos señalados por brincar del PPD al PNP en su momento. Peña Clos fue más lejos aún y volvió a ‘saltar’ al PPD durante el ocaso de su carrera legislativa.

De manera similar, el ex presidente del Senado bajo el PNP, Roberto Rexach Benítez, fue un notorio líder del partido de la palma, luego de haber iniciado su carrera política como miembro de la legislatura bajo la insignia del PPD.

Otros caso conocido fue la renuncia al PNP por parte del activista de derechos humanos, Pedro Julio Serrano, quien ahora se proclama defensor de la independencia política para Puerto Rico.

Además, el profesor universitario José Garriga Picó abandonó su preferencia independentista para convertirse en uno de los más conocidos defensores de la estadidad a nivel de las esferas académicas del país.

La lista presentada en los párrafos anteriores representa una pequeña muestra de un fenómeno que ocurre con frecuencia en la siempre pintoresca política puertorriqueña.

Y usted lector, qué otros casos de saltos políticos recuerda?