El grupo Toabajeños Contra el Gasoducto denunció que la posible construcción y las explosiones que pudieran dejar la tubería que pretende suplir más de 60% del servicio eléctrico del País devaluará más aún las residencias de los vecinos de Levittown y las áreas aledañas.

Para Juan Camacho, uno de los portavoces, ‘es un hecho que si ese gasoducto se construye habrá explosiones’ porque aún y con toda la tecnología existente ‘la tubería de Peñuelas a San Juan no será distinta a la de los gasoductos de Estados Unidos’.

De hecho, Camacho sostuvo que desde que se presentó hace más de un año el proyecto que aún espera por el permiso de construcción ante el Cuerpo de Ingenieros el mercado de bienes raíces se ha visto afectado.

‘Las propiedades han bajado ya de un cinco a un diez por ciento y pudieran llegar a perder entre un 20 a 25 por ciento (de valor) de construirse el gasoducto. Cuando explote valdrá menos que una caseta’, explicó.

Como se estima que más de 30 mil personas viven a 200 metros de la ruta de Levittown, ‘la inestabilidad e inquietud que produce en la población por los asuntos de seguridad’ afectará la inversión en las propiedades de individuos y familias.

Diversos grupos en Estados Unidos han establecido que, en efecto, los gasoductos devaluan las propiedades aledañas, mientras que la Autoridad de Energía Eléctrica ha insistido en lo contrario.