Columna de opinión de Víctor García San Inocencio.

«Probablemente en su pueblo se les recordará

como cachorros de buenas personas

Que hurtaban flores para regalar a su mamá

Y daban de comer a las palomas

«Probablemente que todo eso debe ser verdad

Aunque es más turbio cómo y de qué manera

Llegaron esos individuos a ser lo que son

Ni a quién sirven cuando alzan las banderas».

En su álbum Cada loco con su tema de 1983, Joan Manuel Serrat incluyó una genial canción de su autoría con el título «Algo personal». Se trata de una canción netamente política donde rebana a los ostentadores del poder, sus actitudes, egocentrismo y complejos de superioridad. La muy alegre melodía nos muestra el sombrío rostro del autoritarismo prepotente para el cual todo es negociable, sus agendas insensibles, sus desquiciantes canjes mediante los cuales la paz, el futuro, la vida misma de la gente se ponen en juego.

HIja de los años ochenta, de la época de los Reagan, de los Videla y Pinochet, la canción que tiene reminiscencias de otro dictador entonces recién difunto, el español Francisco Franco, es un himno a la rebeldía y a las ansias de libertad, que siempre será anhelo de vida y de hermandad. Cantarla entonces y hoy es un acto de desafío y un llamamiento a la desconfianza sobre quienes ostentan los cargos electos o impuestos y los utilizan para alcanzar sus oscuras intenciones.

A medida que Puerto Rico retrocede y se hunde en la ciénaga colonial, buitrosa y neoliberal, hay asuntos en los que afortunadamente se avanza. Estoy convencido de que la gente está más consciente de la arbitrariedad, del despotismo y que es más reactiva a la insensibilidad y a los exabruptos de los funcionarios que se sirven del gobierno y los de sus alicates.

Desde el chat de telegram de Ricky Rosselló, tránsfuga de Fortaleza, de cuyas cerca de 800 páginas -las que han aparecido, es posible que todavía vengan otras por un designio «mal donado»- ya se cumplieron tres años de su emisión; hasta el previo «Such is life», también elitista y clasista; la epidermis sensible de las personas capta clara y velozmente estas características. Sólo así puede explicarse la repulsa casi universal a la barrabasada de la Secretaria de la Gobernación, licenciada Noelia García, en el incidente sobre el salario bomberil. Las neuronas de su alma -porque las neuronas también están o deben estar en el alma- sólo le permitieron decir sobre el exiguo salario de los bomberos un «Cada cual escoge su profesión». La «Verdad, servicio y balance» que promueve se le evaporó. Puro neoliberalismo.

No hay que ser de Guaynabo, Miramar o Dorado ( recordemos los «itos» ) para pensar como algunos. De los grandes peligros de crear burbujas en el país, está que las variantes del virus del elitismo y del clasismo se multiplican y contagian a otros segmentos de la población. Sólo así puede explicarse que se reproduzcan las actitudes patológicas que permiten a bastantes puertorriqueños apoyar a Donald Trump -por cierto, algunos millonarios republicanos- sin que haya en Puerto Rico tantos, ni de tan «exquisita» alcurnia. Basta con que deseen querer imitarlos, «ser como ellos», basta con validar una visión de mundo donde unos pocos son mejores y se merecen ser más que los demás, y tendremos un pichón o cachorro de elitista. Que se den cuenta o no de que su aspiración es malsana, siquiera de que la tengan, es harina de otro costal. El hecho es que se les chispotea, como el «Such is life» sobre los fantasiosos proyectos de Roosevelt Roads en Ceiba, o como a la Secretaria de la Gobernación, con el mísero salario bomberil, análogo al de tantos servidores públicos.

Tengamos paciencia, estos funcionarios no pueden evitarlo. Es como la cruzada anticacharros que el Gobernador inició para limpiarle la contaminación visual a los turistas quitando de las vías públicas los carros destartalados con los que la empobrecida clase media y el país tienen que seguir cargando en este arruinado valle de cráteres que es Puerto Rico. De paso, ¿alguien se ha puesto a mirar el descontrol en los precios de los autos luego de la liberalización de los arbitrios?. Pareciera que el diferencial del descuento será ganancia para los dealers. Nueva palangana de recaudos de seguro para el inversionismo político, pero no para el fisco.

Mientras tanto, seguiremos pendientes a otras pierluisiadas y a las de sus alicates mayores, y a sus actitudes tan bien descritas por Joan Manuel Serrat en su canción de hace casi cuarenta años.