El exrepresentante del Partido Popular Democrático (PPD), Eduardo Ferrer pasa revista sobre la ejecutoria de la gobernadora Wanda Vázquez tras los terremotos y durante la reciente emergencia de salud pública por el COVID-19

Cuando Wanda Vázquez Garced se convirtió en la Gobernadora del Estado Libre Asociado de Puerto Rico envió un mensaje trasmitido por una plataforma digital. En aquel momento, la Gobernadora Constitucional indico que respondía a un emplazamiento colectivo que exigía estabilidad gubernamental, pulcritud en los procesos y participación amplia de todos los sectores. Simplemente expresiones populistas para ganarse o en este caso engañar al Pueblo.

La Administración actual ha tenido varias oportunidades para estabilizar al Gobierno, crecerse en la adversidad y demostrar que ante los retos, el Pueblo puede confiar en quienes tienen las riendas del País. Ese no ha sido el caso.

Ante el paso del Huracán María vimos como la hoy gobernadora y entonces secretaria de Justicia no quiso investigar a fondo los vagones hurtados que contenían suministros de alimentos a los damnificados. La ayuda humanitaria que se venció y se pudrió.

El mismo presidente del Senado, Thomas Rivera Schatz, la criticó y dudó sobre su capacidad de realizar otras investigaciones. Investigaciones como la de GILA y el famoso chat. Se presentaron investigaciones legislativas y como la del Departamento de Justicia, al día de hoy no se sabe de los responsables del lío de los vagones.

Vázquez Garced le falta a la pulcritud de los procesos. No olviden que el FEI presentó denuncias contra la Gobernadora por participar en un caso judicial donde su hija era perjudicada y donde fiscales bajo juramento expresaron las intervenciones indebidas de la mandataria. Pero eso corre en la familia, la intervención del esposo como Juez Superior en el caso lo llevaron a defenderse de una querella ética radicada en su contra.

En un segundo turno al bate, el Pueblo pudo observar de cerca cómo el Gobierno atendió la situación de los terremotos. Ante esta oportunidad de reivindicarse y hacer las cosas bien, la política partidista empañó la verdadera gestión administrativa del Ejecutivo. Llegaban los suministros a razón del color político a los pueblos. Nada de estabilidad, nada de pulcritud y nada de participación amplia.

Ahora con la pandemia, hay noticias nuevamente por la falta de transparencia y el hallazgo de otro esquema de amiguismo y corrupción. Ante la salida de la secretaria Interina de Salud, Concepción Quiñones de Longo, las alegaciones sobre el manejo de las pruebas de coronavirus y la presión de Fortaleza en que firmara órdenes de compra que iban en contra del interés del Pueblo son alarmantes. Órdenes de compra que envolvían 13 millones de dólares para ventiladores que llegarían en 14 meses.

Ayer la Gobernadora Constitucional, refirió el asunto al nuevo secretario de Salud nombrado en vez de hacerlo a las autoridades pertinentes. Ya sabemos que los federales investigan, no porque la Gobernadora lo pidió, sino porque deben de estar atentos y cansados al igual que el Pueblo de tanta corrupción.