Una de cada cuatro europeas sufre a lo largo de su vida al menos una agresión a manos de su pareja, aseguró hoy en Viena una experta de la Organización Mundial de la Salud (OMS) durante una conferencia internacional sobre este tema.

Una estadística que muestra que la violencia física y sexual contra las mujeres ha alcanzado dimensiones ‘endémicas’ en Europa, según advirtió Isabel Yordi Aguirre, asesora para asuntos de género de la OMS.

Este fenómeno existe en todos los 53 países europeos miembros de la OMS, por lo que no se puede combatir de forma regional o nacional, sino que requiere la colaboración de todos, destacó la experta española.

‘Si no hablamos entre nosotros ni emprendemos políticas conjuntas a nivel internacional, no conseguiremos nada’, declaró Yordi durante su intervención en el Ayuntamiento de Viena, sede del congreso.

‘La violencia es un problema estructural ligado a la desigualdad que existe en el mercado de trabajo, a los estereotipos’, por lo que se debe ‘empoderar a las mujeres’ para combatirla, destacó Anne Galand, integrante de la Dirección General de Justicia de la Comisión Europea y experta en asuntos de igualdad de género.

Todas las ponentes hicieron hincapié en la importancia de la educación para erradicar la violencia de género y alertaron del incremento registrado de este tipo de agresiones entre los adolescentes.

Según un estudio realizado por la Delegación del Gobierno de España para la Violencia de Género, seis de cada diez chicas de entre 14 y 19 años reciben mensajes vejatorios por parte de sus novios o amigos a través del teléfono móvil, y el 10 por ciento de las encuestadas reconocieron ‘sentir miedo’ al recibirlos.

‘Tenemos que incluir a las redes sociales cuando hablamos del papel que juegan los medios de comunicación’, declaró Yordi, quien avisó de que ‘el uso que hacen los jóvenes de las redes sociales es un asunto crucial, que requiere un enfoque específico’.

Más de doscientos expertos en violencia sexista, representantes de ONG y miembros de la sociedad civil se han dado cita en Viena para tratar un problema que anualmente conlleva la muerte de 3.500 mujeres en la Unión Europea.