Kabul – Estados Unidos financiará la seguridad en Afganistán durante una década tras la salida de las fuerzas de la OTAN en 2014, según el borrador de un acuerdo de asociación alcanzado por ambos países y cuyos detalles se presentaron hoy en el Parlamento afgano.

El documento, que tiene ocho capítulos, deja fuera de su ámbito las operaciones de las tropas de EEUU destacadas en el país, que quedan a expensas de un pacto posterior, según desgranó en la Cámara el consejero de seguridad afgano, Ranjin Dadfar Spanta.

‘Es un asunto tan complejo que preferimos firmar un acuerdo de seguridad por separado un año después de la aprobación de este acuerdo’, indicó Spanta.

El objetivo de la asociación estratégica es, según los detalles del documento difundidos por el consejero, fortalecer la seguridad y estabilidad en Afganistán, luchar contra Al Qaeda y poner fin a las ‘amenazas para la soberanía nacional’.

‘Solo aquellos que rompan con Al Qaeda, abandonen la violencia y acepten la Constitución, con sus garantías de derechos para hombres y mujeres, pueden entrar en el proceso de paz’, afirmó Spanta en referencia a los insurgentes talibanes.

De acuerdo con el consejero, Estados Unidos pedirá todos los años a su Parlamento una cantidad de dinero -no precisada- para formar, equipar y asesorar a las tropas afganas, pero sin tener el fin de asentar de manera permanente sus ‘instalaciones militares’.

‘EE.UU. no quiere tener una presencia que pudiera amenazar a nuestros vecinos y se ha comprometido a no usar suelo afgano como punto de partida para atacar otros países’, añadió Spanta.

El acuerdo sobre el borrador fue anunciado este domingo por Spanta y el embajador estadounidense en Kabul, Ryan Crocker, pero está pendiente de la aprobación parlamentaria y presidencial para su entrada en vigor, con una duración posterior de diez años.

Ambos países buscan reafirmar el compromiso estratégico de EE.UU. para asistir a los afganos y el desarrollo del país tras la retirada de las tropas de la OTAN, prevista para el año 2014, aunque el nuevo acuerdo puede ser cancelado previa aquiescencia bilateral.

Estados Unidos inició la invasión de Afganistán -entonces en manos de los talibanes- en el año 2001, en represalia por los atentados de las Torres Gemelas y con el ánimo de capturar a la mano tras los ataques, Osama bin Laden, que vivía en suelo afgano.