La alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz Soto, comunicó a un testigo que fue ella quien ordenó el arresto de los tres jóvenes que se desnudaron el año pasado en la Plaza de Armas del Viejo San Juan como parte de una propuesta artística.

Eso salió a relucir durante el juicio contrala estudiante de maestría, Stephanie Monserrate López, y los modelos Héctor Cruz Cruz y Seil Román Ortiz, a quienes se les acusó de violar el Artículo 136 del Código Penal de Puerto Rico, que prohíbelas exposiciones obscenas. El trío fue arrestado, luego de posar desnudos en plena mañana del 8 de mayo de 2014, ante un grupo de estudiantes de anatomía de la Escuela de Artes Plásticas de Puerto Rico.

El juez Aldo González Quesada, del Tribunal de San Juan, declaró ‘no culpables’ a los jóvenes, tras más de un año de litigación.

El licenciado AlexRosaAmbert aseguró a este diario que no había controversia sobre que el desnudo del 8 de mayo era una actividad artística. ‘Parte de la prueba era que los agentes querían intervenir porque ellos no tenían permiso para usar la plaza, cuando toda actividad artística está protegida por la Constitución’, comentó.

(Suministrada)

La defensa, también integrada por los licenciados Edwin Castro Fontánez y Ramón Nevárez Andino,no mostró evidencia, ni sentaron testigos, sino que se dedicaron a contrainterrogar a los testigos del Ministerio Público representado por la fiscal Gimara Gabriel Maisonet.

Ellison Ortiz, maestro de historia en Christian Leadership Academy, fue uno de los testigos traídos por el Ministerio Público, ya que ese día se encontraba de excursión con un grupo de sus estudiantes. En su declaración jurada, dice que cuando vio los desnudos le dio instrucciones a los estudiantes para que entraran a la Alcaldía. ‘Allí los estudiantes se reunieron con la alcaldesa y ella trajo el tema del ‘performance’. Les dijo que no estaba de acuerdo con eso y que había ordenado el arresto’, contó el abogado de defensa del testimonio que se vio en la sala 1104.

Tal como reseñó este diario, el desnudo formó parte del proyecto de maestría en Gestión Cultural de la Universidad de Puerto Rico, donde se abordó el tema de cómo el lenguaje jurídico regula las nociones del arte del cuerpo.

‘El performance permitió tener un ejemplo más cercano, más fresco para señalar el problema de la ambigüedad del derecho. No todo el mundo tiene el aparato de abogados, laestáminay elcarácterpara hacer esto. Muchos lo que hacen es dejarlo de hacer o escogen espacios seguros como los museos o universidades para que no haya censura’, mencionó MoserrateLópez, quien obtuvo un sobresaliente en su trabajo final de maestría. ‘Eso no es libertad, eso esregulartea ti mismo, autocensurarte’, agregó.

En este caso, los abogados de defensa lo hicieron pro bono por el compromiso que tenían con los planteamientos de derecho. ‘El mismo delito deja a discreción su definición. En mi opinión, es totalmente inconstitucional’, comentó Rosa Ambert.

La gestora cultural se propone ahora reunir un equipo de trabajo para redactar un proyecto de ley, para enmendar el Artículo 136 y 143 del CódigoPenal de Puerto Rico, donde se define lo que es obscenidad. ‘Tal cual está redactado la ley en estos momentos, cabe que cada cual defina obscenidad como entienda’, criticó.