Mensaje de Estado alimenta la apatía…

«No me dijo nada nuevo, no dio soluciones, ni lo entendí», dice Edwin Morales, de 64 años. Está sentado frente al televisor en El Refugio en Río Piedras, un pequeño negocio en que las botellas de whiskey, vodka y ron acompañan fotos en la pared del Partido Popular Democrático (PPD).

«Fue un mensaje de amedrentamiento pa’ los mismos de él», añade Rafael Ojeda a su lado. El hombre de 64 años llegó cuando ya había empezado el Mensaje de Situación del Estado que ofreció hoy jueves el gobernador Alejandro García Padilla. «Que va a tomar represalias», añade Morales. «Que va a usar todo lo que el poder el confiere», termina Ojeda.

García Padilla colmó su mensaje de alusiones a los seis representantes del PPD que votaron en la madrugada en contra del proyecto de la Reforma Contributiva que hubiese implantado el Impuesto al Valor Añadido (IVA). «Eso no es así. Cada miembro es representante del pueblo y puede diferir», señala Ojeda.

«Si no puede convencer gente de su propio partido, mucho menos va a convencer el pueblo», dice en la mesa contigua José Rivera, de 19 años. El estudiante universitario de Ciencias Naturales no llegó a tiempo a ver el mensaje, pero ahora habla sobre el proyecto derrotado esta madrugada. Añade que todos deben tener derecho a votar con su propio criterio y ser honesto consigo mismo.

La cajera de El Refugio, Iliana Colón, atiende a un hombre canoso que compra una cerveza. Le da el dinero de vuelta. Se escucha un bullicio en el patio de gente que bebe y conversa animadamente. Entre el trabajo, solo estuvo pendiente a medias al mensaje. «Te miento si te digo que lo vi, pero estoy segura que no dijo nada», dice segura. Grita a la cocina si vieron el mensaje. «Más de lo mismo», le responde una mujer baja que maneja las ollas.

Frente a la estación de Río Piedras, Ronaldo Medina, espera la guagua. Tiene 57 años y un moño canoso que le cuelga en la espalda. «Eso era una muerte anunciada», alude a la derrota del IVA. Acaba de salir de su trabajo como oficial administrativo de radiología en un hospital y no pudo sintonizar el mensaje.

Hablamos de los primeros minutos de su mensaje. «Es que el fanatismo ya se fue. Estamos con los últimos cartuchos del fanatismo. Ya las nuevas generaciones no creen en eso», opina el hombre natural de Jayuya.

Sentada a su izquierda, Irmaris Cruz, despacha el tema con rapidez. «No me interesa», dice la psicóloga de 35 años. «A los dos partidos que han gobernado en los últimos 30 años, no le interesa nada de este país», afirma.

Sobre las posibles reprimendas a los representantes populares que votaron en contra del IVA, se limita a decir «ellos sabrán». «Me he vuelto apática porque no veo sinceridad», concluye mientras la guagua se acerca.