17 de septiembre de 2011 – Nace un Gigante de la dignidad, perseverancia y superación, Orlando ‘Peruchín’ Cepeda

Un día como hoy, hace 74 años, nació el segundo de tres puertorriqueños en ser exaltados al Salón de la Fama del Béisbol en Cooperstown: Orlando ‘Peruchín’ Cepeda.

Muchos han dramatizado los supuestos contrastes entre el ‘derroche de talento’ de un Peruchín Cepeda frente a ‘la disciplina’ de un Roberto Clemente, el primer boricua en llegar al Salón de la Fama. Incluso, el propio Peruchín nos contó en repetidas ocasiones que:

‘Tú no puedes enseñar a nadie a jugar béisbol. El béisbol es un talento que tú naces con él. Mi padre fue pelotero; yo lo heredé de mi papá. Como es difícil, todo el que se destaca en el béisbol es un superdotado. No todo el mundo [puede lograrlo].’

No obstante, lo que muchos pasan de vista es que las ‘súper dotes’ que impulsaron a Peruchín a ser una entre las figuras cumbres de la historia del deporte de Puerto Rico y de toda América Latina, es que el tesón, la persistencia y la valentía de reivindicar su dignidad y su nobleza cuando todos lo tachaban por perdido fue tanto o más importante que sus admirables cualidades físicas y descomunal habilidad para jugar pelota.

Si no fuera por dicha habilidad para encontrar inspiración y mostrar todo lo bueno de sí cuando prácticamente todos a su alrededor lo daban por perdido, Peruchín nunca hubiera llegado a jugar en las Grandes Ligas porque era ‘zambo’ (sufría de un supuesto defecto en sus piernas y pies que muchos estimaron que lo prevendría de jugar en Grandes Ligas); no hubiera revivido su carrera como bateador designado cuando ya no podía jugar la primera base como lo había hecho cuando joven (mientras que el ‘General Manager’ de Oakland lo dejaba ir como agente libre, lo contrataron los Red Sox y se convitió en el primer bateador en ganar el premio por jugador más destacado en dicha posición); y, entre tantas otros ejemplos de superación, Peruchín nunca hubiera podido rehabilitarse mental y físicamente e, incluso, lograr su admisión al Salón de la Fama luego de haber caído preso por un caso referente a sustancias controladas (momento en que casi todos, incluyendo amistades y algunos familiares, creyeron que no podría rehacer su vida como lo hizo).

Orlando, hoy, en tu cumpleaños 74, honramos al lado más admirable del superdotado en tí, ese lado aguerrido e invencible que se ha convertido en símbolo vivo de nuestra capacidad para la superación y de la lucha contra viento y marea por echar para adelante aún en los momentos de mayor adversidad. Felicidades y un gran abrazo, Peruchín!

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