Cuentan con tan solo cinco trabajadores sociales y cada uno tiene sobre 20 casos sin resolver.
La región de Humacao en el Departamento de la Familia (DF) cuenta con tan solo cinco trabajadoras sociales que hacen -literalmente- de tripas corazones, para lograr resolver el cúmulo de referidos por abuso y/o negligencia de menores y adultos mayores.
De esas cinco profesionales, se quedaron tres dando la batalla ya que una de ellas está fuera por enfermedad y a la otra se le tuvo que adelantar sus vacaciones porque el cuadro emocional y mental en el que se encontraba iba en detrimento.
NotiCel habló con un empleado del DF a quien mantendremos en el anonimato, pero que sí solicitó con urgencias que la secretaria de la Familia, Suzanne Roig Fuertes, intervenga de inmediato para la contratación de más trabajadores sociales. Ya no pueden más.
“Solo hay tres trabajadores sociales para los tres turnos de trabajo, días de fiesta, llueve, truene o relampaguee. Todas tienen maestría, son competentes, ellas no faltan, se llevan trabajo para su casa, pero no dan abasto. Esto llegó un punto que es inhumano”, expresó.
Los turnos que rotan las trabajadoras sociales desde hace ya un año es:
Cada una tiene entre 20 casos aproximadamente acumulados, sin contar que se le añaden nuevos referidos semanalmente.
“Cada una tiene más de 20 investigaciones encima de sus escritorios que no han podido salir de ellas y siguen manejando emergencias. Una de nuestras mayores preocupaciones es que constantemente estamos haciendo más de lo que nos toca para resolver, pero llega un momento que no hay manera que yo tape el proceso”, denunció.
“A mí me llegan 13 casos en el horario de 8:00 am a 4:00 pm y esos 13 referidos yo tengo que dejarlos en la gaveta. Esos son vidas, el nivel central no entiende la magnitud del trabajo de nosotros porque nosotros no trabajamos con números, trabajamos con vidas”, agregó.
De acuerdo a la denuncia, se había prometido la contratación de seis trabajadores sociales adicionales que comenzarían sus labores ayer, miércoles. Sin embargo, fueron notificadas de que la Oficina de Administración y Transformación de los Recursos Humanos (OARTH), nunca había autorizado tales plazas.
“Este verano pasado la administración se comprometió con nosotros ante el llamado de auxilio de que necesitamos personal, de que iban a enviar unas trabajadoras sociales nuevas. La promesa siguió y nos dicen que van a llegar hoy, que eran seis, que les habían hecho las entrevistas, habían buscado documentación y se habían hecho la prueba de dopaje. Hoy nos enteramos de que la OARTH no había autorizado las plazas para el desembolso de los fondos. Es la segunda vez que esto ocurre”, insistió.
Como si fuese poco, se denunció además que estos trabajadores sociales en el proceso de investigaciones, han salido lesionadas, poniendo así en riesgo su seguridad.
“El problema es que la situación de violencia que hay en el país se ve en nuestras investigaciones. Nos han agredido, nos han mordido, animales nos han tumbado. Están pasando situaciones con las familias que se investigan, pero también estamos siendo atropelladas por la agencia. No nos escuchan”, insistió.
La crisis en la región de Humacao ha llegado a un punto, según relataron, que también se han tenido que colocar el sombrero de amas de llaves en su turno de trabajo.
Tan reciente como el pasado mes de septiembre, se canceló el servicio de amas de llaves que laboraba en el albergue de la unidad del DF.
“Nos quitaron el servicio de amas de llaves. Si nosotros asumimos custodia de unos menores y los tenemos que llevar a nuestro albergue de la unidad, contábamos antes con ese servicio que por lo menos cuidaban a los niños. O sea que ahora, las trabajadoras sociales tenemos que amanecernos con los nenes, cuidarlos, cuando no se nos contrató para eso”, destacó.
“Nuestra preocupación es cómo tú le remueves a un papá para tenerlo allí con un trabajador social que no es un cuidador. Es la misma trabajadora social que está drenada de todo lo que pasó en esa investigación”, añadió.
Otro asunto que está desangrando la región de Humacao, es con relación al “petty cash” de $300 al mes que otorgan para utilizar en los gastos que se incurra.
“Mensualmente, nos dan $300 para los gastos de las situaciones de menores y adultos, pero, si el dinero se acaba en el mes, yo tengo que comprar comida de mis chavos, si el menor no tiene ropa, la trabajadora social tiene que ir a comprar al menos una pijama. Son $300 para toda la región”, dijo.
Las trabajadoras sociales no dan abasto y la salud emocional de cada una de ellas se ha desvanecido a través del tiempo que esperan por más refuerzos. Actualmente, todas están recibiendo tratamiento con un sicólogo en consulta privada, ya que el Programa de Ayuda del Empleado (PAE), también tiene un problema de fondos.
“La agencia está buscando que lo poco y bueno que tenemos se vaya. Nos sentimos con frustración, qué van a hacer porque esto es una responsabilidad administrativa. No hay queja por qué se dé trabajo, es si pasa algo por casos que no hemos podido resolver. Nos ven como números”, puntualizó.
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