Aunque desde el 1873 se registró la primera cooperativa a nivel local, la modalidad solo representa un 2% de la economía, según explicó la directora del Instituto de Cooperativismo en la Universidad de Puerto Rico, Marinés Aponte García.

Aponte García detalló que actualmente existen muchas cooperativas que tienen múltiples fines como consumo, trabajo, vivienda, educación o incluso mixto. Sin embargo, carecen de un sólida estructura económica.

‘Aunque son más que las de ahorro y crédito están muy frágiles financieramente hablando, en términos generales’, dijo.

Por otra parte, reconoció la solidez económica de las 124 cooperativas de ahorro y crédito existentes. No obstante, señaló que no representan del todo el cooperativismo.

‘Cuando tu te haces socio de una cooperativo de ahorro y crédito no toca tu vida en lo cotidiano, como si fuese una cooperativa de trabajo. Tu vas, depositas tu dinero, eso te hace socio, tomas un préstamo bajo mejores condiciones pero no está en tu vida, día a día’, explicó.

Aponte García señaló que una de las mayores limitaciones que enfrenta este mercado es que las cooperativas se han mantenido fragmentadas.

‘Tal vez a la gente le da un poco de temor esto de entrar en empresas con otras personas que no se conocen bien y si el proceso de creación no se lleva con cuidado. Estos procesos se pueden mejorar’, comentó sobre el modo económico que es creado por grupo de personas con necesidades o inquietudes comunes.

‘Se supone que toda cooperativa impacte de manera positiva a una comunidad en la que está insertada, no únicamente es para los socios’, añadió.

Ahora van surgiendo también cooperativas juveniles, que son aquellas que se forman en las escuelas, en las universidades y en las comunidades.

En Puerto Rico se registró la primera en el 1873 para maximizar los servicios de salud, Amigos del Bien Público. Las primeras leyes sobre esta modalidad económica se establecíó en el 1920.

‘Asi es que verdaderamente nosotros arrancamos bien pronto, tanto en el 1873 como en la parte legal pero fue en los años a finales de la década del ’40 y durante la del ’50 que se creó la infraestructura del cooperativismo en el país. Ahí nacíó el Instituto de Cooperativismo, la Liga de Cooperativas, lo que era Fomento Cooperativo que ahora es la Comisión de Desarrollo Cooperativo’, sostuvo.

En el 2008 se aprobó nueva política pública que es la que actualmente regula las cooperativas.

‘Tiene sus pros y sus contras, el cooperativismo es autogestionado. Puede ser problemático que el gobierno esté demasiado metido en toda la gestión de las cooperativas, se puede politizar pero una política pública de apoyo es positiva’, dijo la experta.