Por espacio de diez meses, Daranjelyss Yantín ha recibido mucho más que apoyo mientras atraviesa un proceso de recuperación, tanto física como emocional, luego del accidente que cobró la vida de su pareja, Andres ‘Corky’ Ortíz y el hijo de cinco años de edad del baloncelista, Alexander, el pasado 23 de mayo de 2015.

Lavoleibolista, cuya carrera deportiva fue abruptamente suspendida por las heridas recibidas en el choque, ha recibido muestras de cariño por sus más allegados. Hoy, martes, fue su familia de la Liga de Voleibol Superior Femenino (LVSF) quien no la dejó sola, dedicándole el Juego de Estrellas, celebrado en el Coliseo Roberto Clemente en Hato Rey, en adición a la dedicación del torneo del presente año.

Yantíncompartiócon sus compañeras de cancha, protagonizando momentos muy emotivos. Justo después de la presentación de los equipos participantes, Nativas e Importadas, se mostró un vídeo que contenía fotos de ellas junto con sus amigas del deporte.

‘Me vieron ahí llorando viendo fotos’, dijo Yantín en un aparte con NotiCel. ‘Las muchachas, jugar, es (mi) pasión. Eso (el voleibol) se extraña con la vida. Llevo jugando desde los 13-14 años’, mencionó antes de comenzar el partido.

Ante los presentes, Yantínagradeció todas las muestras de apoyo recibidas ante los retos que se lleva enfrentando estos pasados diez meses. ‘Gracias por sus oraciones y bendiciones que han sido muy importante en mi vida’, dijoYantín antes de irrumpir en llanto.

‘Le agradezco por su apoyo. A las nenas, buen juego hoy. Las estoy viendo por internet y apoyándolas como siempre’, prosiguió Yantín.

Según contó, el apoyo de sus compañeras ha sido clave en su rehabilitación, organizando actividades para recaudar fondos para sus gastos médicos. ‘Siempre están dándome la manoy es como yo digo, las bendiciones y las oraciones son lo más importante que ha sido para mí, obviamente porque estoy de pie gracias a Dios’, dijo.

Referente a su proceso de recuperación, Yantín se limitó a responder que ‘va hacer un proceso largo. Camino lento, no puedo estar mucho de pie, no puedo caminar mucho’.

Igual aclaró que emigró al estado de Minnesota para recibir tratamientos en la Clínica Mayo, que tomarán un mínimo de tres años.